La cobertura informativa de la guerra

Marc Marginedas, en todas las guerras

Excorresponsal en Argel y Moscú, es ahora el enviado especial de EL PERIÓDICO a zonas de conflicto

EL PERIÓDICO / Barcelona

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No era la primera vez que iba a Siria, la guerra que le quita el sueño desde marzo del 2011, cuando estalló la revuelta contra el presidente Bashar el Asad. Marc Marginedas había estado ya en dos ocasiones anteriores, la última en abril y la primera en febrero del 2012. Conoce bien el país y conoce también bien la guerra. Tampoco es este su primer conflicto. Marginedas, de 46 años, lleva dos décadas cubriendo para EL PERIÓDICO DE CATALUNYA ,como corresponsal y enviado especial, las zonas más calientes del globo, con especial dedicación al mundo árabe.

Marginedas se estrenó como corresponsal en el año 1995 en Argelia, donde cubrió para este diario la cruenta guerra civil entre islamistas y el régimen. Sin apenas periodistas occidentales en ese país, fue testigo excepcional de las oscuras matanzas allí perpetradas y entrevistó en exclusiva a los líderes del proscrito Frente Islámico de Salvación (FIS) Abdelkader Hachani y Abasi Madani. En 1998, se vio obligado a dejar Argelia cuando el Gobierno rechazó renovarle su acreditación como periodista.

Fue entonces cuando Marginedas ocupó la corresponsalía de Moscú, donde permaneció hasta el año 2002 y cubrió la segunda guerra en Chechenia (1998-2000), con continuos viajes a la república independentista caucásica. Escribió para este periódico un estremecedor relato de la caída de Grozni en manos rusas tras conseguir entrar de forma clandestina. Descenso al infierno, era el título del artículo que publicó en febrero del 2000, en el que retrató el sufrimiento de la población civil durante tres meses de asedio.

En el 2002, regresó a Barcelona y desde entonces ha sido el reportero de EL PERIÓDICO en zonas de conflicto. Eso le ha llevado a estar presente en todas las guerras que se han librado en las últimos años. No ha abandonado además el perfeccionamiento del ruso y el árabe, idiomas extranjeros que domina junto el inglés y el francés.

Como reportero de guerra ha realizado diversos viajes a Irak entre los años 2003 y 2010, cubriendo los momentos más álgidos de la invasión -entró por la frontera kuwaití y avanzó hasta Bagdad-, la posguerra y repliegue de las tropas españolas.  También ha estado en diversas ocasiones en Afganistán entre los años 2006 y 2010. En uno de estos viajes, se desplazó acompañado del fotógrafo Sergio Caro hasta la remota cordillera del Hindu Kush, junto a la frontera con Pakistán, país que también conoce y en el que estuvo como enviado especial en el 2008, cuando se adentró en solitario en las zonas tribales del oeste del país.

Marginedas ha cubierto también la guerra de Darfur en el 2004 y la ofensiva israelí en el sur del Líbano, donde burló el cerco israelí a la ciudad de Tiro tras cruzar a pie el río Litani y andar varios kilómetros. En el 2005 fue también enviado especial a Londres tras los atentados perpetrados en el metro.

Los últimos años los ha dedicado a cubrir la primavera árabe y los conflictos que de ella han surgido.  Como enviado especial a Túnez en enero del 2011 asistió a las primeras manifestaciones antigubernamentales y a la caída y posterior huida del presidente Ben Alí. Ese mismo año pasó dos largas temporadas cubriendo la guerra civil libia. Durante una visita al Hospital Central de Trípoli describió con gran crudeza el sufrimiento de los civiles en la guerra. Parapléjicos de Gadafi, fue el reportaje publicado en agosto del 2011 en el que explicaba cómo niños, mujeres y hasta médicos sucumbían al fuego de los francotiradores gadafistas.

Un libro y un premio

Toda esta trayectoria está recogida en su primer libro, publicado el año pasado, Periodismo en el campo de batalla. En él, Marginedas recoge los momentos más trascendentales de su carrera y desde su experiencia personal desnuda y desmitifica la figura del corresponsal de guerra.

El pasado mayo quedó finalista al 29º Premio Cirilo Rodríguez para corresponsales y enviados especiales de la prensa española. En su discurso de recepción del galardón -que dedicó y entregó a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA- insistió en la necesidad de que los medios de comunicación sigan apostando por la cobertura de los conflictos para que estos no caigan en el olvido. La dotación del premio la entregó a la oenegé Médicos Sin Fronteras por su trabajo en Siria, la guerra que lo ha atrapado.