Kirchner raciona el dólar

La drástica restricción a la compra de divisas empuja a los argentinos al mercado negro

Imagen de un restaurante en Buenos Aires, con los precios en pesos.

Imagen de un restaurante en Buenos Aires, con los precios en pesos. / periodico

ABEL GILBERT / Buenos Aires

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"Cambio, cambio". El negociante se camufla entre los que atraviesan la calle peatonal Florida, en el centro financiero de la ciudad deBuenos Aires. Sabe que alguien morderá el anzuelo en cuestión de minutos. Entonces, lo llevará, furtivamente, a un lugar alejado de los laxos ojos de la policía. Allí venderá o comprarádólaresoeuros, imponiendo las reglas delmercado negro. En la economía real, la moneda norteamericana se cotiza a casi cinco pesos. Pero elGobiernoha establecido severas reglas para su adquisición. El que quiere el hoy llamado'dólar blue', debe pagarlo a ocho pesos por unidad. Mañana todo puede ser peor. Y esto genera locura.

Laclase mediay alta tiene una arraigada cultura deldólar. Su aprendizaje ha sido, en cierta medida, dictado por los ciclos inflacionarios. Elbilletecon el rostro deWashingtonevitaba que los ahorros se licuaran. Los años 90 fueron, para muchos, la panacea: un peso equivalía a un dólar y podía extraerse de los cajeros automáticos. Qué fiesta. A pocos les importaba que la llamadaconvertibilidadse sostuviera sobre la base de un creciente endeudamiento externo. El modelo, claro, explotó a finales del 2001.

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