Operación militar en el Sahel

Francia abre en solitario la fase más difícil de la guerra de Mali

Los residentes de Tombuctú dan la bienvenida a los soldados malienses a su entrada a la ciudad.

Los residentes de Tombuctú dan la bienvenida a los soldados malienses a su entrada a la ciudad.

ELIANNE ROS
PARÍS

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En su ofensiva hacia el norte de Mali, las tropas francesas liberaron ayer a la simbólica ciudad de Tombuctú, controlada por los grupos islamistas desde hace 10 meses. Esta población marca la frontera entre la zona civilizada y el desierto, territorio hasta ahora inexpugnable y donde se han replegado los insurrectos. Sin embargo,la ofensiva militar -bautizada operación Serval- está lejos de erradicar a los terroristas y París abre, prácticamente en solitario, la fase más compleja de un conflicto lleno de interrogantes.

El Ejército francés ha sacado pecho en Mali con 3.000 soldados. Para entrar en las ciudades estratégicas de Gao y Tombuctú, 250 paracaidistas han culminado la labor de los aviones bombarderos, los helicópteros de combate y las columnas de blindados. 18 días después de abrir el fuego, y tras un inicio inquietante -el primer ataque costó la vida a un piloto- las tropas han avanzado con mayor rapidez de la esperada. Camino de Tombuctú, los blindados han encontrado más resistencia en la arena del desierto que en el enemigo, que parece haberse esfumado tras las dunas.

Pero la peligrosidad de los islamistas no es ningún espejismo. En el aeropuerto de Tombuctú dejaron una retahíla de explosivos «tipo Afganistán», según un mando. «No tienen necesariamente muchos medios, pero saben utilizarlos muy bien», precisó este responsable, que teme que los grupos terroristas, encabezados por Al Qaeda en el Magreb islámico (AQMI) entren en una etapa de guerrilla y de atentados.

¿UN NUEVO AFGANISTÁN? / Paradójicamente, cuando acaba de culminar la retirada de sus tropas en Afganistán -Hollande avanzó un año el calendario- Francia lidera un conflicto que reúne los ingredientes para convertirse en el Afganistán africano en un contexto en el que, aparte de Argelia, los países de las revoluciones árabes flirtean con el islamismo radical. Después de fracasar una vez más en su voluntad de construir la Europa de la Defensa, París afronta la intervención con una clamorosa ausencia de solidaridad europea, no exenta de revanchismo. «Cuando se abandona prematuramente Afganistán, quedan secuelas», ha dicho un diputado británico. Al margen de las palmaditas en la espalda, la ayuda se limita a unos cuantos aviones de rehabituallamiento y de transporte militar.

EJÉRCITO DESGASTADO / ¿Tiene el Ejército francés la capacidad para librar una batalla que se presenta larga y con un coste exorbitante? Los expertos advierten de que su capacidad militar ha quedado mermada a base de recortar el presupuesto de Defensa debido a la crisis y tras el desgaste sufrido en Afganistán, donde 82 soldados franceses perdieron la vida, y Libia. El material es bastante vetusto.

«No tenemos intención de eternizarnos», reiteró ayer el ministro de Exteriores, Laurent Fabius. El presidente, por su parte, introdujo un significativo matiz en su mensaje. Tras mostrarse optimista, se distanció del objetivo de restaurar la integridad territorial de Mali precisando que este cometido deben llevarlo a cabo «las fuerzas africanas».

La operatividad de este Ejército está pendiente del resultado de la conferencia de donantes de hoy en Addis Abeba.

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