Conflicto bélico en el país árabe

Inquietud mundial por las armas químicas de Siria

Un francotirador rebelde apunta a una posición de las tropas del régimen en Alepo, ayer.

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EL PERIÓDICO
BRUSELAS / WASHINGTON // BEIRUT

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Con la única excepción de Rusia, aún aliado del régimen de Bashar el Asad, diversos representantes de la comunidad internacional, con EEUU y la OTAN a la cabeza, lanzaron en los últimos días la más seria advertencia a las autoridades sirias contra la eventual utilización de armas químicas en el conflicto que les enfrenta a las tropas rebeldes. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, proclamó, ante representantes de la prensa extranjera que cubrían la reunión de los ministros de Exteriores de la alianza en Bruselas, que cualquier uso de «armas químicas» sería «completamente inaceptable para toda la comunidad internacional» y que recurrir a ellas provocaría una «inmediata intervención» militar.

El tono cada vez más agresivo hacia el régimen sirio empleado por presidentes y líderes occidentales se produce tras varias filtraciones anónimas, procedentes de los servicios de espionaje estadounidenses y publicadas por medios norteamericanos, británicos y franceses, en las que se alerta de supuestos preparativos que estaría realizando el régimen de Damasco para poner a punto este tipo de armas.

El primero en abrir el fuego fue el rotativo estadounidense The New York Times, que aseguró el domingo, citando a una fuente no identificada, que Siria realizaba operaciones con sus armas químicas que permitían intuir «preparativos militares» que iban «más allá» del simple traslado de sustancias. Un día después, The Guardian reproducía los «temores» de la comunidad internacional de que el régimen estuviera considerando «el empleo de armas químicas contra las fuerzas opositoras». Por último, la agencia France Presse detalló ayer estos movimientos, y que consisten fundamentalmente en operaciones para mezclar los componentes químicos necesarios para fabricar gas sarín, un potente neurotóxico que provoca primero una parálisis y después la muerte.

A las advertencias de Rasmussen se unieron las del ministro de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, quien advirtió a las autoridades sirias de las «serias consecuencias» de su empleo, y las de su colega francés, el viceministro de Exteriores Vincent Floreani, quien declaró que «los líderes en Damasco deberían entender que la comunidad internacional los está observando de cerca».

Rusia, en cambio, previno contra el peligro que supone la «creciente militarización» del conflicto sirio, los riegos que ello conlleva y el temor de que estén siendo exagerados los rumores sobre el posible empleo de armas químicas por parte del régimen de Asad. «La acumulación de armamentos crea riesgos suplementarios para que sean utilizados», declaró, en referencia a la decisión de desplegar baterías de misiles Patriot en Turquía, el titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

IMPRECISIÓN / El arsenal químico sirio existe desde hace decenios e incluye sustancias como el gas mostaza, el gas sarín y el agente VX. Según Leonard Spector, experto de Instituto Monterrey, centro de estudios de no proliferación armamentística, con base en EEUU, el régimen sirio almacena «centenares de toneladas» de agentes químicos diversos, que no es posible detallar con precisión porque el país árabe no ha firmado la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas, ni es miembro de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OIAC).

La polémica en torno a las armas químicas se produce en un contexto de incremento de la violencia, en el que los rebeldes, bien armados, están asestando duros golpes a las tropas gubernamentales. Según la agencia SANA, 28 estudiantes y un profesor murieron en un ataque rebelde cerca de una escuela cerca de Damasco.