Primera rueda de prensa del LÍDER FRANCÉS

Hollande se lanza a la «reconquista» de la popularidad

Hollande, ayer antes de su rueda de prensa.

Hollande, ayer antes de su rueda de prensa.

ELIANNE ROS / PARÍS

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Pese a contar con una cómoda mayoría en el Parlamento y un partido, el socialista, con más poder que nunca, François Hollande es un presidente en apuros. Al borde de la recesión, con los electores desorientados, la popularidad en caída libre y la autoridad cuestionada, el jefe del Estado se dirigió ayer a los franceses para pedirles paciencia y justificar el cambio de rumbo de su política en base al «grave contexto». «Es más que una crisis, estamos ante un cambio del mundo», sentenció.

Con unos sondeos catastróficos seis meses después de llegar a la presidencia -las opiniones favorables han retrocedido 19 puntos-, Hollande lanzó una operación de «reconquista» en la primera rueda de prensa de su mandato. Un acto celebrado con gran pompa en el salón de fiestas del Elíseo en presencia de todo el Gobierno después de haber asegurado durante la campaña que este tipo de comparecencias no se harían en el Palacio presidencial sino en «un lugar más neutro». Pero no es este el cambio de orientación que ha desestabilizado al electorado. La reciente subida del IVA (del 19,6 al 20%), medida tomada después de haber tumbado el incremento aprobado por su antecesor, Nicolas Sarkozy, y que él mismo tachó de «injusta», ha generado una gran incomprensión.

Ayer argumentó esta decisión, adoptada para compensar la reducción de cargas laborales de las empresas, en aras de la recuperación de la competitividad de la industria, cuyo descenso alcanza cotas dramáticas. La exportación ha bajado un 15% y el déficit comercial alcanza los 71.000 millones de euros. «Mi prioridad es bajar el desempleo», dijo antes de admitir que vienen tiempos duros. «El paro subirá en el próximo año, será difícil», previno después de constatar que «la alternancia cambia el poder, pero no la realidad».

EL MODELO DE OBAMA / «El levantamiento del país tomará tiempo, pero tenemos las bazas para lograrlo con éxito», sostuvo Hollande, que puso el acento en la necesidad de reducir el déficit mediante el rigor presupuestario para que Francia no dependa de los mercados y su opinión pueda pesar en Europa. «Una Francia débil es también una Europa débil», advirtió antes de reiterar sus tesis en favor del crecimiento poniendo como ejemplo la política del presidente norteamericano, Barack Obama, frente a la receta de la austeridad a ultranza.