British Airways envía a casa a una trabajadora que llevaba un crucifijo

RAMÓN ABARCA / LONDRES

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Los símbolos religiosos encienden el debate en Gran Bretaña, un país hasta hace poco orgulloso de su multiculturalidad. La última polémica se centra en el crucifijo y se ha desatado tras la decisión de la compañía aérea British Airways de prohibir a una empleada lucir un collar con una cruz en horas de trabajo.

Según publicaba el diario ultraconservadorDaily Mail, Nadia Eweida, que tiene 55 años y trabaja en los mostradores de facturación del aeropuerto londinense de Heathrow, fue enviada a su casa el pasado mes por su negativa a quitarse la cruz.

Eweida, que ha trabajado para la aerolínea los últimos siete años y que dice haber llevado siempre el crucifijo sin tener problemas, ha anunciado que va a demandar a su empresa por "discriminación religiosa" tras haber sido suspendida de empleo durante dos semanas por transgredir el código de vestuario de la compañía.

En un comunicado, la aerolínea explicó ayer que permite a sus empleados uniformados llevar joyas o símbolos religiosos pero que su política es que se lleven bajo el uniforme. "No es una prohibición", matiza el comunicado de la compañía aérea, que explica que "esta regla se aplica a todas las joyas y a los símbolos religiosos y no se refiere específicamente a la cruz".

Sin embargo, Nadia Eweida, hija de padre egipcio y madre inglesa, denunció ayer que "British Airways permite a los musulmanes llevar el velo, a los sij portar el turbante y el lucimiento de otras prendas religiosas", por lo que ella se niega a "ocultar" su creencia en Jesús.

RESPALDO DE COMPAÑEROS

"Solo se prohíbe a los cristianos expresar su fe. Soy una empleada fiel y concienciada, pero defiendo los derechos de todos los ciudadanos", agregó Eweida, que ha recibido el respaldo de 200 compañeros, que han firmado una carta de apoyo.

La decisión de la aerolínea ha sido muy criticada por miembros de varios partidos políticos. Ann Widdecombe, del Partido Conservador, ha pedido a los cristianos que lleven a cabo un boicot contra la compañía.

El caso coincide con la polémica en torno a la suspensión temporal impuesta por un colegio a una de sus maestras por vestir durante las clases elniqab, el velo que cubre totalmente la cara, a excepción de los ojos. El colegio de Dewsbury, al norte del país, ha explicado que la decisión "no tiene nada que ver con la religión" y que es una cuestión práctica, ya que los alumnos consideran que es muy difícil entender a esta profesora en las clases de inglés.

Pero Aishah Azmi, de 24 años, negó que tuviera problemas con sus alumnos. "Nunca se han quejado", explicó y añadió que no suele llevar el velo durante las clases y que solo lo hace cuando hay algún compañero varón dentro del aula.

El debate mediático en torno al velo ha sido constante desde que hace dos semanas, Jack Straw, presidente de la Cámara de los Comunes, sugirió que el velo que cubre la cara es un elemento que divide a la comunidad y crea barreras entre musulmanes y el resto de ciudadanos.

ABUCHEOS A STRAW

Sus comentarios han despertado la ira de los sectores más fundamentalistas de la comunidad musulmana, que lo han considerado como un ejemplo de islamofobia. Unas 70 personas abuchearon ayer a Straw durante una visita a su distrito electoral en Blackburn y una manifestación que había sido convocada fue suspendida finalmente por motivos de seguridad.

Una encuesta del diarioThe Guardianmuestra que el 53% de los británicos apoya a Straw, pero que el 74% no cree que se deba prohibir a las musulmanas llevar el velo fuera de sus hogares.