"Los niños que aprenden 'mindfulness' son más felices"

Entrevista con Pilar Aguilera, experta en 'mindfulness' del ICE-UB

Pilar Aguilera, experta en 'mildfulness', en una de sus clases.

Pilar Aguilera, experta en 'mildfulness', en una de sus clases.

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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Directora del programa Escuelas Despiertas, Mindfulness aplicado a la educación, del ICE-Universitat de Barcelona, colabora con el Consorci d'Educació del Ayuntamiento de Barcelona en la implantación del mindfulness en las escuelas públicas de Barcelona. Centros de Nou Barris y Sant Martí han sido los pioneros.

-¿Qué es Escuelas Despiertas y qué llevó al ayuntamiento a apostar por el mindfulness en la escuela?

-Desde el 2014, miles de educadores se han formado en este programa, inspirado en las enseñanzas del maestro zen Thich Nhat Hanh. Y, gracias a su buena acogida, el ayuntamiento decidió implicarse para llevarlo al profesorado y al alumnado de las escuelas públicas.

-¿Qué les puede aportar?

-Primero los profesores aprenden a cultivar la plena consciencia en sus vidas, a parar, a contemplar con más agradecimiento y compasión todo lo maravilloso que hay en el momento presente, aquí y ahora; a tener unas relaciones más armónicas y genuinas con su alumnado... Una vez han interiorizado estas prácticas, se aplican a los escolares.

-¿Y qué se consigue?

-Simplemente el mero sonido de un toque de campana ayuda a los niños a conectar con su respiración consciente y con su esencia verdadera de mindfulness. Les ayudamos a acceder a ese espacio interior de belleza, calma, paz y espontaneidad. Aprenden a gestionar sus emociones con más armonía, y la clase se convierte en una familia, un espacio de confianza. Muchos padres nos lo agradecen pues ven a sus hijos más tranquilos y felices.

-¿Puede ser una buena herramienta contra el acoso y la violencia?

-Sí. Ya no tienen tanta necesidad de liberar su ira o miedo a través de comportamientos reactivos. Aprenden que su respiración es su ancla y les enseñamos muchos recursos para no sentirse abrumados por una emoción. El clima bondadoso que se genera en el aula también ayuda a que los niños se comprometan a respetarlo. Los demás dejan de convertirse en amenaza. También enseñamos a expresar las heridas con respeto y armonía, y a a reconciliarse cuando emerge algún conflicto.

-¿Qué aptitudes refuerza?

-Tienen más alegría y son más felices, más creativos. Escuchan, aprenden y rinden más, y tienen mayor concentración y autoestima. También son niños más amorosos y empáticos, que aprenden a respetar la naturaleza y a ser más responsables y éticos. Tienen más paciencia y comprensión.

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