Pep Ribas, actor: "El Guinardó necesita un cine, un teatro y más restaurantes"

Antes de las ocho de la mañana, Pep Ribas (Barcelona, 1970) ya está nadando. Lo hace desde hace unos ocho años, siempre a esa hora, en la piscina del CEM Guinardó (Telègraf, 31-45), una de las pocas piscinas de Barcelona con vistas a la ciudad. Mientras nada, este actor de teatro, series de televisión y doblador de la voz de actores como Hank Schrader de Breaking Bad, planifica su día. De contar las piscinas se ocupa su reloj. "Le marqué los 25 metros de longitud que mide la piscina y él las va contando", explica el vecino. Cuando el reloj anota las 80 piscinas (2.000 metros), él sale del agua.

Nadar es su "momento de mayor paz interior del día", según expresa Pep Ribas. Después ya puede poner rumbo a alguno de los estudios de doblaje donde presta su voz a personajes de series como CSI Las Vegas, Fargo, ya en la preparación de su tercera temporada, y en películas como la de dibujos animados Las aventuras de Mr. Peabody y Sherman.

A GUSTO EN EL BARRIO

El rostro de este actor como intérprete, que nació y creció en el Poble Sec, pero que hace más de 15 años que vive en el Guinardó, lo hemos visto también en series de televisión. La Riera, El cor de la ciutat, El Crac y Ventdeplà, de TV-3, y Amar en tiempos revueltos, de TVE, son algunas en las que ha aparecido. También ha subido a los escenarios del Teatre Romea y del Obrador de la sala Beckett en obras como La quinta mujer y Los físicos, dirigidas por Carles Canut, o La festa de les cadires, de Roger Torns.

Actualmente, Ribas prepara la obra Lichtung, (claroscuro en alemán), en la que comparte guion con la también actriz teatral y de doblaje Carla Torres, vinculada, igual que él, con el Guinardó. Torres es la fundadora del espacio escénico El Niu de Bambú (Torre Vélez, 35). "Es un lugar tan especial... Entras en él, y tienes la posibilidad de ver en escena a actores que interactúan con otros actores con diversidad funcional, y ninguno de ellos desentona. Es fantástico, ese es el camino que debería seguirse", dice. "Y Carla Torres dirige con amor ese proyecto que nuestro barrio tiene la suerte de poder albergar", añade Ribas, que vive muy cerca del niu.

PAREJA, HOGAR Y NEGOCIO

Los padres de Ribas regentaron durante muchos años una conocida bodega en el Poble Sec, la Bodega Ribas. "Despachaban vino a granel y aceite de todo el país", rememora quien, de aquel comercio algo se ha llevado hasta el Guinardó. "Siempre sentí pasión por el aceite de oliva, un producto que me fascina y siempre quise hacer algo con él", afirma.

Pues bien, ahora desde el Guinardó, desde casa, teletrabaja en un interesante proyecto como empresario: www.origenoliva.com. Es un portal de promoción y venta de los mejores aceites.

Ribas es un vecino al que el Guinardó le ha proporcionado y le sigue regalando muchas ventajas. Una escuela privilegiada para sus hijos, el Virolai, y mucha calma, buenos aires y vistas al mar desde su ático para trabajar a gusto, por un lado. "El barrio está sin clasificar, se desconoce mucho aún. Gràcia, Poble Sec y el Eixample tienen ya una fama y atractivos trabajados, pero el nuestro todavía no. Faltarían restaurantes, un cine y un teatro que hicieran de reclamo".

Otra cosa que el Guinardó le dio a este vecino es a su pareja. "Roser y yo nos conocimos en el ascensor de la anterior finca en la que vivíamos, en la calle de Xifré", rememora. Vecinos de escalera, residentes en el Guinardó, que es donde ella nació, aprovecharon el encuentro en el ascensor para conversar de algo más que del tiempo.