una vecina de gràcia...

Imma Colomer, actriz: "Gràcia tiene mucho poder, aquí pesa la gente creativa"

La tambien directora de teatro pasó a la escena después de trabajar como maestra

Imma Colomer, en el mercado de la Llibertat, en el que se abastece de todos los alimentos frescos.

Imma Colomer, en el mercado de la Llibertat, en el que se abastece de todos los alimentos frescos.

CARME ESCALES / BARCELONA

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Imma Colomer (Barcelona, 1946) nació en el Eixample, delante del Hotel Ritz, «en una clínica que estaba a una manzana de casa», precisa la actriz. En aquella casa vivió con sus padres hasta los 23 años, hasta que Gràcia entró en su vida, y ella en ese barrio del que ya no se ha movido. Primero compartió piso con tres compañeras de trabajo. Colomer era maestra en una escuela en el Eixample, iba a todas partes con una vespa. Adoraba su labor en la enseñanza; en gran parte, porque tuvo la suerte de formarse en la escuela de maestros Rosa Sensat, con Marta Mata. «Aquello me abrió el mundo más allá de lo que vivía, aprender geografía, viajar, el arte, y luego el teatro. Todo aquello me empoderó, me hizo valiente para tomar decisiones», rememora.

A la maestra vecina de Gràcia le gustaba mucho bailar y cantar. Y quiso hacer un curso de expresión corporal para poder enseñar a sus alumnos a disfrutar del bienestar que trabajarse el cuerpo regala. Las clases las impartía Albert Boadella. «Me fascinó», dice Colomer. Tanto le gustó, que se matriculó ipso-facto en el Institut del Teatre. Y empezó a exprimir el jugo a todas las horas del día. Por la mañana, maestra en la escuela. Por la tarde, alumna en el instituto. «Y cada noche después de clase, los Joglars nos dejaban, a un grupo de amigos, un espacio para hacer improvisaciones e imaginar argumentos con los que provocar», recuerda. Así nació la compañía teatral Comediants.

LA FUERZA DE GRÀCIA

La trayectoria profesional de esta actriz y directora de teatro fue distinguida el pasado año con el premio honorífico Gonzalo Pérez de Olaguer de los Premios de la Crítica 2016. La apertura del Teatre Lliure de Gràcia forma parte de su quehacer laboral. A unas pocas calles de donde vive, el Lliure nacía como espacio abierto a la creatividad, en un barrio que Colomer ya define como altamente creativo. «Gràcia ya tiene mucho poder, aquí pesa la gente creativa», afirma la vecina. Hasta el 30 de julio podemos verla en escena en la sala Beckett con la obra de Pau Miró Un tret al cap.

«Danza, artes plásticas, teatro, asociacionismo, todo esto vitaliza mucho a Gràcia», prosigue la actriz. «Le falta verde al barrio, pero su estructura, sus plazas del Sol, del Diamant y de la Virreina [en esta última, un domingo al mes se baila swing] hacen que se aproveche mucho el espacio. La gente en Gràcia hace mucha vida en la calle», comenta.

LO QUE NO LE GUSTA

Imma Colomer es fan de toda esa actividad, la vitalidad de su barrio le encanta, y el ambiente en bares como el SMS (Astúries, 33). «Hay muchos emprendedores, diseñadores de ropa muy atrevidos y asequibles», explica. «Aquí en Gràcia se desarrollan interesantes proyectos como el Minerva (www.creadoresdegracia.cat), mujeres artistas que se ayudan a hacer visibles», destaca.

Pero la actriz que en tantas series de televisión y filmes hemos visto -Ventdelplà y Laberint d'Ombres, en TV-3-, y a quien todavía hay quien la recuerda por el programa Digui Digui (TV-3), también lamenta cosas en Gràcia. «Cagadas y meadas de perro y basuras mal recicladas, por un lado. Y las pintadas en lugares públicos sin ningún sentido artístico por otro», dice. Para este último caso propone: «Hacerles pasar por un curso de arte a los autores de esas pintadas estúpidas y, al acabar, que restituyan artísticamente lo que han desgraciado».

A esta reputada actriz, está claro que algo le queda aún de maestra. Y mucha sensibilidad respecto a todo aquello que la rodea en su entorno más cotidiano.

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