Trueque de sonrisas

Después de abrir consultas dentales en Mauritania, Sierra Leona y Senegal, la oenegé Dentistas sobre Ruedas ha abierto una original y pionera clínica en Gràcia. La crisis ha provocado que la solidaridad que se exporta mire ahora también a la ciudad.«Hace un año ya vimos que en Barcelona también hay gente necesitada y nos pusimos a desarrollar la idea de esta clínica», explica Cristian Vargas, de 37 años, dentista y presidente de esta asociación.

La idea de la clínica, que se llama Les 1.001 dents, es muy original, única. El enorme local, sobre cuya inauguración informó este diario el domingo, tiene dos puertas de acceso en los extremos. Una, en la calle de Francisco Giner, 12. La otra, en la de atrás, Martínez de la Rosa.«Por la primera entran los que pagan por la visita y el tratamiento, y por la otra, los pacientes sin recursos derivados por organizaciones como Creu Roja y Cáritas»,añade Vargas.«El beneficio de los servicios que pagan unos pacientes servirá para el tratamiento de los que no pueden permitírselo»,precisa el presidente de esta oenegé de cooperantes.

A cambio de algo

Además, los dentistas de esta original consulta, no regalan exactamente los tratamientos a los que no puedan pagarlos, sino que proponen intercambios o trueques.«Sabemos que en Gràcia hay ancianos que no pueden subir la compra a su casa y estos pacientes podrían encargarse durante unos días de hacer esa labor y así, en cierta forma, pagar por el tratamiento que han recibido ayudando a terceras personas»,añade Vargas.

Él y el resto de sus compañeros de Dentistas sobre Ruedas se inspiraron en el programa que realizan en Sierra Leona. Para que los pacientes valoren su trabajo, les instan a colaborar con la comunidad, por ejemplo limpiando las calles del pueblo.

La idea de los intercambios en Gràcia es tejer una especie de red de colaboradores, de personas que se ayuden entre sí, después de haber sido asistidas en la clínica dental.«No queremos que sea un regalo, una ayuda vacía, sino que la gente compense nuestro trabajo ayudando a los demás».Además de subir o realizar la compra, pueden hacer compañía a quien lo necesite.«Así a la persona que recibe nuestra ayuda también le sube la autoestima al ver que no se lo regalamos y que puede devolver el favor»,dice el principal impulsor de la idea.

Los clientes de pago tienen otra ventaja añadida al sentimiento solidario. La entidad dará un certificado para que el importe del tratamiento se desgrave de la declaración de renta como donativo a una oenegé.