UNA CÓMICA TODOTERRENO

Sílvia Abril, humorista y «mamá canguro»

La actriz catalana, pareja de Buenafuente, es una «payasa» desde niña. Ahora triunfa en televisión y concilia como puede. El martes se reirá del cine español en los premios Feroz.

Sílvia Abril, humorista y mamá canguro

Sílvia Abril, humorista y mamá canguro

OLGA PEREDA

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Joana Buenafuente Abril, de tres años, sus padres le han enseñado a no tener  complejos. A reírse de sí misma. A no temer el ridículo. A que sea la primera que se eche unas carcajadas cuando se cae al suelo. «Si uno se ríe de sí mismo, nadie le puede hacer daño». Esa es la filosofía de los padres de Joana, dos cómicos de altura: Sílvia Abril y Andreu Buenafuente. «A mí no me molesta para nada que nos llamen payasos. Es más, lo considero un piropo», admite Abril, que el próximo martes se reirá de ella misma (y de todo el cine el español) en la entrega de los premios Feroz, que concede la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE). Presentar una gala de cine es una de las pocas cosas que la actriz (Mataró, 1971) no ha hecho todavía. Y eso que lleva desde los años 90 provocando carcajadas en televisión, teatro y radio.

La llamaban «cuatro ojos» en el colegio (estudió con monjas hasta los 14 años y después, con curas). Y a ella siempre le daba igual. Seguía haciendo el payaso. «Me castigaban de cara a la pizarra en clase y yo cogía el polvito blanco de las tizas y me pintaba la cara. Me daba la vuelta y hacía reír a la platea, a la clase», recuerda la humorista. Y el profesor, evidentemente, la echaba de clase. Otro de sus maestros, el de Latín, no soportaba que los alumnos comieran chicle. Y ella entraba mascando uno como si no hubiera un mañana. Y, claro, también la expulsaba de clase. «Era una provocadora nata, pero, ojo, sacaba muy buenas notas». Tanto que empezó una carrera universitaria: Derecho. Aunque se quedó en cuarto curso. «La facultad era una pérdida de tiempo. Yo tenía mucha prisa por empezar con el teatro», admite.

LA NIÑA DE SHREK

Sus primeros pasos profesionales (con dos galas de Nochevieja incluidas) los dio en la productora Minoria Absoluta. Se rió de los políticos en 'El burladero'; la descubrió José Corbacho y la fichó para 'Homo Zapping'; se puso camisa blanca y corbata negra y entró a formar parte de las irreverentes reporteras de 'Caiga Quien Caiga'… Hasta que llegó la salvaje, libre y asquerosamente fea niña de Shrek (nacida en 'Homo Zapping'), personaje que adora y que le brindó conocer al amor de su vida: Andreu Buenafuente.

La pareja de cómicos (que además de vivir juntos saben trabajar juntos) está en un momento dulce. Buenafuente conduce 'Late motiv' (Movistar +) y Abril, que también participa en el programa, triunfa con 'Tu cara me suena' (Antena 3). Su apretada agenda profesional les está obligando a vivir separados. Él se ha instalado en Madrid mientras que ella (y Joana) tienen un pie en Madrid y otro en Barcelona. «Cuando pienso en esto que nos está pasando, siempre me digo lo mismo: relájate y disfruta. Joana lo lleva bien. Mucho mejor que nosotros. Así ella aprenderá a tener flexibilidad en la vida, estar aquí y allí».

CON JOANA A CUESTAS

Además de «payasa», Abril se define como una «mamá-canguro». Lleva a Joana a cuestas allá donde haga falta. Podía estar con ella ahora mismo, en mitad de las entrevistas promocionales de los premios Feroz, pero ha optado por algo casi mejor: que corra por el Retiro madrileño con su padre. Luego se irán los tres a comer. Si alguien los ve y les pide la consabida foto, no se negarán aunque asegura que «maldita sea la hora» en la que alguien inventó poner una cámara en los móviles. Sus fans también se dirigen a ella vía Twitter, red social que la actriz mira cuando («no lo pongas, por favor») va «a cagar». Literalmente. «Es un momento de soledad en el que abro Twitter y veo que la gente me dice cosas bonitas. Sé que esto pasará. Por eso hay que llevarlo con normalidad».

Fin de la entrevista. La actriz se protege del frío madrileño con la mantita de estrellas que le ha robado a su hija y pide a los organizadores de los Feroz un plátano para recuperar fuerzas.