Dani Martín hace memoria

Dani Martínha decidido que, «antes de que te juzguen sin conocerte o que saquen cosas de contexto», lo mejor es escribir una biografía, aunque solo tenga 34 años y le quede «tanto por evolucionar». Hace apenas una semana que ya está en las tiendasSoñar no es de locosy ya va por la segunda edición. El cantante quiso presentar ayer el libro ante la prensa. Y su discográfica aprovechó para entregarle un doble disco de platino por las ventas dePequeño, su debut sin El Canto del Loco, grupo que asegura que ha enviado «de colonias por un tiempo».

En el libro,Martínexplica cómo logró que una multinacional le fichara. Al final de una actuación que organizaron los gerifaltes del sello, se sacaron la camiseta para lucir otra que decíaI love Ariola. Y el entonces director,Carlos López, gritó: «¡Contratados!». «El morro es importante, pero solo con morro no hay comida, hay que poner más cosas sobre la mesa», admite a este diario cuando se le recuerda la anécdota. En el disco Zapatillas, que grabaron en el 2005, incluyóPor ti («Y por tu calor y por tanta magia me quedo contigo...»). Una letra de amor que en el libro aclara que dedicó a su madre, que acababa de superar un cáncer. «Recuerdo esa etapa con mucho cariño», asegura. Pero el golpe más duro fue la repentina muerte de su hermana, a los 34 años, de un infarto cerebral. «Me metió un acelerón de madurez que de otra forma no habría tenido», asegura enSoñar no es de locos. Relata que tuvo que ir al psicólogo, al que sigue visitando para «ordenar» su vida. Y que este dramático episodio desembocó en el «proceso de hibernación de El Canto del Loco». Ahora prepara un segundo disco en solitario. Y más conciertos sin sus excompañeros. ¿Los fans del grupo tienen que temerse lo peor? «Yo solo pienso en lo que me pide el cuerpo; esa es mi verdad. Y hay que hacer lo que sale desde la verdad», responde. De hecho, en enero ya tiene programada una actuación en solitario en el Palau de la Música.

Martín,que no le pone nombre a sus amores en la obra, sí se moja con el tema del idoma. Explica que aceptó sin dudar cantar en catalán y que le salió un acento de Lleida. «Me encanta la cultura de nuestro país y no entiendo por qué existen ese tipo de prejuicios hacia el euskera, el catalán, el gallego o el bable. Somos tontos. En vez de ensalzar eso, que es nuestra riqueza, lo criticamos», dice textualmente. «Quiero creer que la gente coherente sabe diferenciar la cultura, la politica y el fútbol. Los fanatismos no me interesan».