AUTOENTREVISTA SOBRE RUEDAS

Òscar Camps se confiesa a bordo de un 600

"Antes era un mal padre, ahora soy un padre pésimo, pero mis hijos me aguantan", dce el activista salvavidas en el Mediterráneo

IOSU DE LA TORRE / BARCELONA

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"Antes era un mal padre, ahora soy un pésimo padre, pero mis hijos me aguantan", esta es la confesión arrancada a Òscar Camps como copiloto de 'Autoentrevistas', el espacio internauta que revisa el género periodístico con el periodista Jorge Todolí al volante de un Seat 600 D. El fundador de la oenegé Proactiva Open Arms repasa su biografía arrojada a la playa de la fama por las cientos de vidas que ha salvado en el Mediterráneo.

Sin duda es la autoentrevista menos alegre de las realizadas hasta el momento. La cruda realidad relatada sólo cambia de tensión con el recuerdo de la que se hizo al Gran Wyoming, en la que precisamente el presentador de 'El intermedio' (La Sexta) restó importancia al valor que muchos le atribuyen frente a la labor desarrollada por Camps, salvavidas de Badalona que lo dio todo al rescate de los sirios que llegaban a la isla de Lesbos en el verano de 2015.

Camps cuenta que recuerda que la primera vez que lloró ante el televisor fue, cuando tendría unos 7años, con las imágenes del terremoto de Nicaragua. El de Proactiva ha trabajado en la Cruz Roja, con el Frente Polisario, siempre en ayuda de los desfavorecidos.

METÁFORA DEL 'ASTRAL'

Celebra ser entrevistado en un Seat 600 que aún circula, 50 años después de que saliese de la Zona Franca de Barcelona. El 600 es una metáfora sobre ruedas del yate 'Astral' que utilizan para rescatar naúfragos. La hazaña queda para la posteridad con el documental de 'Salvados' y Jordi Évole. ¿Su peor día en Lesbos? "Aquel que tuvimos que trasladar 29 cadáveres".

Cuenta Camps que la gente de la oenegé necesita al menos tres semanas para sacudirse el choque vivido en las misiones. Y que no entiende la inoperancia de Europa ante la ola de refugiados y que cuando regresa a casa y escucha las noticias se sorprende ante lo preocupados que se muestran los políticos con las crisis institucionales o los hinchas de un equipo de fútbol por no sé qué derrota.

Òscar Camps tiene tres hijos de 26, 12 y 4 años que le aguantan por todo lo que está haciendo por salvar las vidas de otros que, es consciente, tienen un futuro incierto.