TALLERES DE SEDUCCIÓN POLÉMICOS

Escrache contra un 'youtuber' acusado de promover el acoso sexual

Un grupo de activistas de Barcelona se acercó hasta el bar donde Álvaro Reyes impartía uno de sus "talleres de seducción", y logró echarle

El 'youtuber' Álvaro Reyes, en una captura de uno de sus vídeos, colgado en su canal de Youtube.

El 'youtuber' Álvaro Reyes, en una captura de uno de sus vídeos, colgado en su canal de Youtube. / periodico

CARLA GARCIA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El ‘youtuber’ Álvaro Reyes sigue teniendo problemas, y esta vez han traspasado la pantalla de su ordenador. Tras la petición en change.org para que cerrasen su canal de Youtube por hacer apología del acoso sexual, el pasado 28 de febrero vivió el rechazo en persona de un grupo de activistas feministas que le expulsaron del bar en el que estaba impartiendo uno de sus talleres. Un auténtico escrache cuyas imágenes han sido publicadas este domingo en el canal de Youtube 'Alvaro Reyes Game Over'.

Reyes, cuyos vídeos consisten en enseñar a otros hombres cómo seducir a las mujeres para lograr tener sexo con ellas, se encontraba en un bar de Barcelona junto a un grupo de chicos dispuestos a escucharle. Pero quien terminó recibiendo la lección fue el propio ‘youtuber’, cuando las activistas le recordaron algunas de las frases de sus vídeos. “Un 'no' es un 'sí'" fue una de las más polémicas y más contestadas por el grupo de feministas, que ante sus intentos de explicarse y apostar por el diálogo no dudaron en recordarle que "la base de la comunicación es que un 'no' es un 'no'".

Ante los cánticos como "Machete al machote", "Fuera machistas de nuestros barrios" o "Ni piernas ni brazos, machitos a pedazos", Álvaro Reyes intentó en varias ocasiones calmar los ánimos. Sin embargo, y con la aprobación de la dueña del bar, a quien las activistas explicaron a qué se dedicaba el ‘youtuber’ en la red, Reyes terminó abandonando el local entre más gritos de “¡Violador!”. Los alumnos del taller, intentando ocultar sus caras, le imitaron poco después ante una acción de protesta que las activistas de Barcelona calificaron en todo momento de “aviso”, asegurándole que volvería a pasar tanto si volvía a Barcelona como si seguía impartiendo ese tipo de tallares en Madrid o cualquier otra ciudad del mundo.