un reto inédito

La última conquista

La selección española busca la triple corona ante Italia en su tercera final consecutiva en un gran campeonato

Aficionados españoles en Kiev, antes de la final que enfrentará a España e Italia.

Aficionados españoles en Kiev, antes de la final que enfrentará a España e Italia. / PM

CARLOS F. MARCOTE / Kiev (enviado especial)

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No le ha hecho falta a España un fútbol de partitura para estar en lafinal de la Eurocopa, en la que esta noche vuelve a verse las caras contra la misma Italia con la que empezó la competición (20.45 horas, Tele 5).

No es tampoco la gran preocupación de Vicente delBosquey los futbolistas que dirige hacer juegos florales para intentar subir el último escalón en elOlímpico de Kiev, aquel en el que quedarían instalados como la única selección en la historia que ha alcanzado la triple corona de forma consecutiva. Un objetivo hermosísimo al que tampoco sería tan deshonroso llegar por la vía de la solidez, sin demasiados aditamentos. Y si La Roja rompe a jugar con todo su esplendor, mucho mejor para ganar al fin, con el balón en juego, a los italianos, algo que no ha hecho aún en una fase final.

No ha renunciado España a su estilo, al toque, a la posesión como mejor manera de atacar y defender, a la presión en campo contrario como mejor forma de sacar ventajas insalvables para los rivales, a la inspiración barcelonista en suma. Pero es verdad que no ha conseguido, salvo ante Irlanda, dominar los partidos con autoridad, ni tampoco la aceleración requerida para inclinar la balanza a su favor con claridad.

Más control que profundidad

Lo hizo, sí, cuando metió revoluciones en la prórroga contra Portugal y en el tramo final del primer partido frente a los italianos, pero todo lo demás ha sido más control que profundidad, la alternativa de gobernar los partidos de modo más funcionarial, que también cuenta en los equipos grandes, y, por supuesto, con la interacción de los elementos que conforman el más eficaz aparato defensivo. A excepción de la tanda de penaltis, Casillas no ha vuelto a encajar un gol desde el de Di Natale.

Garantía de fiabilidad para una selección que tendrá enfrente a un rival que ha progresado en todos los aspectos desde el primer empate. Lo demostró de tal modo ante Alemania que su entrenador, Cesare Prandelli, ya es considerado en su país como todo un revolucionario. Él se considera a sí mismo un poco visionario y en su visión más actual ve ir a ganar a España con argumentos similares a los de los vigentes campeones de Europa y del mundo. Habrá que verlo. Eso sí, trabajará sobre los puntos débiles que ha detectado. Tratará de cargar el juego por el lado de Arbeloa, de cerrar espacios, de embarrar la jeraraquía de Xavi y de neutralizar a Iniesta, el más imprevisible de los españoles.

Paralelismo

Del Bosque, por su parte, no reza tanto como Prandelli. Lo suyo últimamente va más por lo terrenal que por lo espiritual, aunque también es cierto que lo que ha pasado con España en esta Eurocopa tiene mucho que ver con lo ocurrido tanto en la de hace cuatro años en Austria y hace dos en el Mundial de Sudáfrica. Como ahora, en ninguno de esos dos torneos llegó a la final jugando de maravilla. Bailó a Rusia en un segundo tiempo memorable y dos años después, sin llegar a realizar ningún partido redondo, vivió su momento cumbre en otro buen rato contra Alemania en la semifinal decidida por Puyol.