150 aniversario

Sant Joan de Déu: 150 años trabajando por "la salud de niños y adolescentes"

Manel del Castillo Rey, el director del hospital, destaca la evolución realizada para convertirse en un centro de referencia internacional

El Sant Joan de Déu cumple 150 años desde su inauguración en la calle Muntaner.

El Sant Joan de Déu cumple 150 años desde su inauguración en la calle Muntaner. / periodico

LAURA MARÍN / ESPLUGUES

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El Sant Joan de Déu cumple, este jueves, 14 de diciembre, 150 años, aniversario que celebra recordando sus raíces, asentadas en la misión de "antender de forma integral a personas en estado vulnerable para contribuir a hacer una sociedad más justa", pero, sobre todo, mirando al futuro y a la construcción de un proyecto que “de respuesta a la realidad y las necesidades de niños y adolescentes en cada momento”. De todo ello, nos habla el director del Hospital, Manel del Castillo Rey.

150 años no se cumplen todos los días. ¿Cómo resumiría la evolución del Hospital desde su fundación en  1897? El Sant Joan de Déu es una de las instituciones más antiguas de Europa y del mundo especializada en pediatría, disputándose el lugar con el Great Ormond Street de Londres. Des de su nacimiento, hemos ido construyendo un hospital que siempre ha tenido muchos proyectos de futuro, y actualmente preferimos pensar en ese futuro y en el proyecto de transformación en el que estamos inmersos. 

Historia

El Hospital Sant Joan de Déu fue fundado el 14 de diciembre de 1867 en la calle Muntaner de Barcelona por la Orden Hospitalaria Sant Joan de Déu. Por entonces, atendía principalmente niños con tuberculosis y otras malformaciones congénitas del aparato locomotor. En 1881 se trasladó en unos terrenos ubicados entre la actual Avenida Diagonal y la calle Déu y Mata, donde estuvo casi un siglo. En 1973 se mudó a Esplugues, donde pasó de ser un centro de beneficencia a centro concertado con la administración. Dos años después, en 1975, se convirtió en hospital universitario, y en 1985 se incorporó a la Red Hospitalaria de Utilización Pública.En 2005 se puso en marcha el programa estratégico Paidhos y en 2013 se convirtió en un hospital de referencia a nivel internacional.

¿Cómo ve la atención sanitaria en España? Yo creo que tenemos un sistema sanitario de máximo nivel, sobre todo por dos temas importantes: uno porque tenemos una ley que da una gran equidad a todos los ciudadanos, todo el mundo puede asistir al sistema, independientemente de si y  recursos o no, y otro porque contamos con instalaciones de muy alta calidad y profesionales de los mejores formados en Europa, tanto médicos como enfermeras. Luego están los modelos de gestión, que es lo que necesita más reformas porque están muy burocratizados.

¿Qué papel juega en este sistema sanitario el HSJD? En un sistema como el nuestro, que cada vez es de más alta complejidad, un hospital como el nuestro, monográfico y de alta especialización, juega un rol muy importante. Somos un referente, ya no solo en Catalunya y España, donde somos el hospital pediátrico más grande, sino también en Europa, donde somos el tercer o cuarto más grande.

Como comenta, el HSJD está posicionado como un referente internacional en pediatría, obstetricia y ginecología. ¿Cómo se trabaja para conseguir ese posicionamiento? El Hospital ha hecho una evolución en los últimos años. Nuestra historia empieza en 1897 cuando se inaugura el centro en la calle Muntaner. Más tarde se traslada a la Diagonal y en 1973 a Esplugues. Es aquí donde se convierte en un hospital del sistema público, ya que antes era un hospital de beneficencia. Es en 2004 cuando empieza el proceso de transformación para convertirse en hospital de referencia, poniendo en marcha un proyecto estratégico que llamamos Paidhos -que en griego significa niño-.

Plan estratégico Paidhos

Es el nombre con el que se conocen los diferentes planes estratégicos puestos en marcha por el Hospital Sant Joan de Déu. Asentados sobre los elementos de proximidad, apertura, innovación, docencia, hospitalidad, accesibilidad y solidaridad, pone en marcha ahora el tercero, el Paidhos 2020, cuyos ámbitos de actuación inciden en aspectos como la persecución continua de la excelencia clínica, la mejora constante de la experiencia de los pacientes, de las infraestructuras, o la sostenibilidad del modelo. Pero, sobre todo, sigue avanzando para “mejorar la  salud de niños, jóvenes y madres, potenciando la investigación y la innovación, la formación de los profesionales sanitarios y la divulgación de información y recursos a pacientes y familias”, explican desde el Hospital.

¿Es en 2004 cuando se apuesta por convertirse en un centro de máxima complejidad? Sí, y lo hacemos por dos motivos. Uno porque probablemente es lo que la sociedad espera de un centro monográfico que solo tiene sentido si realmente ofrece su máximo nivel, y dos para sobrevivir, ya que para tener capacidad de permanencia debes poder hacer cosas que otros no pueden hacer. Así que en aquel momento apostamos por reforzar los servicios de máxima complejidad, que son los más caros, e iniciamos un proceso de super especialización.

Un modelo que no debe ser fácil de mantener en el tiempo… Cuando empieza la crisis, en 2010, todo este modelo que había ido creciendo de manera muy importante se pone un poco en riesgo. Empieza a bajar la financiación pública y nos vemos obligados, como otros, a hacer un plan de ajuste, haciendo una contracción importante durante varios años. En 2012 tomamos la decisión de abrirnos al mundo y ofrecer una atención internacional. Desde entonces, estamos trabajando en ese camino y ahora recibimos pacientes de todas partes, lo que ayuda a ir avanzando en el modelo que teníamos antes, en ser un hospital de referencia y de alta especialización.

Referente internacional

El Hospital Sant Joan de Déu es un referente dentro y fuera de Catalunya en pediatría, obstetricia y ginecología, así como en otras áreas de alta especialización como la neurociencia, la neonatología, la oncología o la cardiocirugía. Atiende cada año más de 120.000 urgencias, 25.000 ingresos y 200.000 visitas.

¿Cree que ese posicionamiento hace que los usuarios exijan más al Hospital? Convertirse en un hospital de referencia internacional es muy complejo, es una cosa que es fácil de decir pero muy difícil de conseguir. El mundo es muy grande y hace unos años teníamos demanda pero no éramos muy conocidos. Es un reto: tienes que tener la web en cuatro o cinco idiomas, personal que hable inglés o ruso… pero sobre todo tienes que estar preparado para recibir los casos más complejos, aquellos que no encuentran respuesta en sus países de origen. Esto nos ofrece algunas ventajas, ya que ganamos en número de casos y, en pediatría, esto es fundamental. La casuística, el tener más casos de patologías minoritarias, te da la posibilidad de hacer las cosas mejor. Otra ventaja que nos ofrece esta internacionalización es que se firman acuerdos con los gobiernos de los países de los que proceden, lo que supone nuevos ingresos, más presupuesto y, por tanto, posibilidad de reinvertir sobre la actividad que realiza el Hospital. Además, esto nos ayuda a cumplir con nuestra misión, ya que pertenecemos a la orden de Sant Joan de Déu, que cuenta con 300 hospitales en todo el mundo.

¿Existen sinergias entre estos centros de la orden de San Juan de Dios? Si que existen sinergias, pero nosotros más que recibirlas, damos. Nosotros tenemos, por ejemplo, un programa de hermanamiento con otros hospitales de la orden, con una tutela en un hospital en Sierra Leona, por el que han pasado más de 170 profesionales nuestros y al que también hemos enviado dinero y material y donde hemos construido una escuela de enfermería.

También es un hospital universitario, ¿qué ventajas le aporta esto? ¿Qué se aportan mutuamente el Hospital y la Universidad de Barcelona? Somos un hospital que depende de la Universidad de Barcelona. ¿Por qué hacemos esto? Primero porque forma parte de nuestra misión. Un centro como el nuestro tiene que ser un centro de asistencia, docencia e investigación, por lo que la parte docente forma parte de nuestra esencia. Somos el centro pediátrico más grande del país y tenemos la obligación de poder transmitir conocimiento a la gente que empieza y se especializa. Por nuestros programas de postgrado pasan alrededor de 100.000 alumnos, lo que supone que a veces tenemos más gente que algunas universidades. Piensa que aquí somos alrededor de unos 1.800 profesionales, pero gente que pasa por aquí a formarse de manera presencial son unos 1.600 al año, casi una segunda plantilla. Esto, además, nos da otra ventaja: conocemos a mucha gente y nos ayuda a captar talento.