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Votar es legitimar la voluntad del pueblo

La plaza de Catalunya, abarrotada, durante la tarde de este miércoles.

La plaza de Catalunya, abarrotada, durante la tarde de este miércoles. / JOSEP GARCIA

El 1 de octubre Catalunya pretende votar en un referéndum y esto está ocasionando en el resto del Estado español una serie de respuestas a cual de ellas más grotesca, irracional y falta de sensatez. ¿Tan difícil es comprender que el mayor acto de una democracia es dejar que el pueblo pueda votar? 

Votar es dejar que el ser humano exprese libremente su opinión, decida lo que quiere que hagan sus representantes, que su voz pueda ser escuchada. ¿No nos estaríamos cargando un poco la democracia si no dejaramos que el pueblo expresara libremente su opinión? 

Nos ha costado mucho en España poder nuevamente votar, poder ejercer libremente ese derecho. ¿Por qué no permitir que se haga? Tal vez lo que moleste del referéndum no sea el resultado, que por otra parte no está claro, según las encuestas, sino el hecho de que se realice una votación, que el pueblo pueda decidir libremente, que votar sea un medio habitual para que el pueblo pueda decidir en cualquier momento y no solo en unas elecciones.

Tal vez este sea el miedo, pues esta práctica podría abrir la puerta a consultar y votar sobre el modelo de Estado, la laicidad en el Estado e incluso temas de los que el poder económico no quiere ni que se hable. De ahí, tal vez, esa absurda e irracional respuesta al referéndum.

Tenemos que ir aprendiendo que, en una democracia, votar es legitimar la voluntad del pueblo. En el caso del 1-O, la voluntad del pueblo catalán.

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