Valle de los Caídos: Los restos de Franco no deberían estar en una basílica

El Tribunal Supremo rechazó, el martes 28 de febrero, el recurso presentado por el exjuez Baltasar Garzón y los dos abogados que firman la demanda, solicitando trasladar los restos de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera del Valle de los Caídos a otro lugar.

Es incomprensible que el TS no permita que se trasladen los restos de Franco y sean enterrados donde decida su familia. La basílica no es el lugar más adecuado para guardar los restos del que inició una guerra fratricida, contraria a los valores cristianos. De mantenerlo enterrado donde está, cerca del altar mayor de la basílica, se mantendrá viva la idea de que la Iglesia ve con buenos ojos la decisión del TS.

No hay que olvidar que la Iglesia apoyó sin ningún tipo de escrúpulos morales a Franco, durante la contienda y en el transcurso del periodo franquista. ¿Por qué? Porque lo consideró un enviado de Dios para atajar los 'males morales' de la II República. Mantuvo, por tanto, una postura de complicidad con el franquismo.

Por desgracia, no ha llegado todavía el momento para que la instancia superior de la justicia española se lamente de que los restos del caudillo reposen en el mismo lugar donde reposan los restos de muchos asesinados por su régimen. La Iglesia sigue el mismo camino, permitiendo que los nostálgicos del franquismo acudan a la basílica para rendirle homenaje al dictador. La Iglesia, que se atribuye un papel moralizador, no ha demostrado ese talante con Franco, ni antes ni ahora.