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La única forma de reducir el tráfico es con más tráfico

Tráfico muy intenso en la Gran Via barcelonesa.

Tráfico muy intenso en la Gran Via barcelonesa. / FERRAN NADEU

El tráfico es una cosa extraña. Todos tienen una opinión al respecto, pero muy pocos se molestan en informarse sobre cómo se comporta realmente. Permítanme un ejemplo para explicar cómo funciona el tráfico.

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Imaginen por un momento que el ayuntamiento reformara una calle y pusiera un par de carriles más para mejorar la fluidez. El primer día el tráfico fluirá mejor. Lógico. Pero la reacción de muchos que o bien no cogen el coche o no pasan por ahí será pensar: "Esa calle va muy fluida, voy a ir con el coche por ahí." Y al cabo de poco tiempo esa calle volverá a estar atrofiada.

Imaginemos ahora lo contrario. El ayuntamiento quita carriles en una calle. El primer día el tráfico empeorará. Lógico. Pero la reacción de muchos que van en coche será pensar si realmente vale la pena ir en coche habiendo tanto tráfico, o bien habría una alternativa como el transporte público. Y al cabo de poco tiempo el tráfico volverá a sus niveles previos a la reducción de carriles.

Es tan sencillo como eso. ¿Realmente hay algo, salvo la inconveniencia de su uso, que haría que alguien deje de usar el transporte público? Esta milonga de que "si mejoran el transporte público ya dejaré yo el coche" es simplemente eso, una milonga. Casi nadie lo lleva a la práctica, es un hecho constatado. Porque al final la excusa siempre es la misma, sin importar cuánto mejore el transporte público, o incluso oponiéndose a mejoras como el tranvía. En cambio, si el tráfico se vuelve insoportable eso sí incitará a mucha gente a dejar el coche, porque simplemente no valdrá la pena. Claro que hay un pequeño número de gente que por alguna razón u otra jamás querrá o podrá dejar el coche, pero son una pequeña minoría. La mayoría de gente, en cuanto se harte del tráfico se hartará de ir en coche.

Esta mecánica es la que se viene aplicando en otras ciudades de Europa desde los años 70, y nunca ha fallado. O si no, que alguien dé un ejemplo de una ciudad en constante colapso. No hay ni un ejemplo de algo así. En muchas ciudades se puede observar cuán incómodo es circular en coche por la ciudad (si piensan que en Barcelona es incómodo, es que no han visto nada aún). Esta es una forma muy fácil de conseguir que solamente vaya en coche quien realmente lo necesita. También es una solución bastante justa, porque no supone un peaje ni otra medida económica. Quien quiera, puede ir en coche, pero asumiendo las consecuencias. Porque al final ¿quién ha decidido que debe ser el transporte público el que vaya lento, y el coche rápido, y no al revés?

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