Una mujer para el Tribunal Supremo

En los más de 200 años de existencia de nuestro Tribunal Supremo muchos fueron y serán los profesionales varones copando ese pináculo profesional. Su valía y permanencia dilatada en el cuerpo les llevó a calentar los sillones de sus cuatro jurisdicciones compuestas, a su vez, por 5 magistrados cada una.

 No obstante −como elemento arquitectónico ajeno al mundo judicial− irrumpe el ‘Quinto Turno’. Este método es el consistente en proveer, tras los 4 togados de carrera, al último por un método basado exclusivamente en méritos. Esa terna se nutre de abogados y otros juristas, en principio, de reconocida competencia, cincelándose como un género o taxonomía ajena al estricto acceso de la oposición pública.

En la Sala de lo Penal se talló una cariátide, por primera vez en la historia del Alto Tribunal, vivificada en la persona de Ana Mª Ferrer García (concursando como jueza). El 12 de enero apareció publicada, en la web del Poder Judicial, la lista de candidatos a la Sala de lo Civil. En ese espacio, hoy, solamente hay atlantes masculinos. ¿No será tiempo, señorías, para que se esculpa, por fin, otra mujer en esa solitaria sede vacante?