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Somos incapaces de leer las intenciones del discurso político

Mariano Rajoy, en el Congreso de los Diputados. 

Mariano Rajoy, en el Congreso de los Diputados.  / DAVID CASTRO

Estos días estoy entregada al estudio de las inteligencias múltiples de Gardner y su aplicación  en el ámbito académico; el tema está muy conectado con la inteligencia emocional de Goleman. La formación en concreto se centra en aplicaciones prácticas para poder irlas introduciendo en todos los lugares del mundo.

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Y analizando tan fantástico material he llegado a la conclusión de como la 'ausencia total' de esta enseñanza en todos los de las generaciones anteriores a la actual dan como resultado la elección tan mala y retrógrada que estamos teniendo de nuestros dirigentes políticos.

No es que no seamos inteligentes, sino que la inteligencia que más hemos desarrollado nos impide poder 'leer las intenciones' de ningún discurso. Los profesores nos enseñaron a leer bien, copiar, sumar, restar, pero no nos enseñaron a analizar lo dicho, a debatir, a pensar por nosotros mismos, a cuestionarnos, a leer la emoción de un discurso.  Y como resultado de ello tenemos a los dirigentes políticos que rigen en este momento el mundo.

Personalmente ha sido un descanso el poder entender lo que nos estaba ocurriendo. Es cuestión de no tener entrenadas nuestras inteligencias múltiples.

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