La solidaridad aún existe

Somos la familia que el fatídico día 10 de agosto nos vimos inmersos en la tragedia, por ya por todos conocida, del fallecimiento de tres de nuestros miembros. Ciudadanos normales que se ven inmersos en una vorágine de sucesos que te dejan totalmente hundido y a la vez indefenso, por no saber cómo reaccionar ante tal cúmulo de desdichas.

Este el motivo, por el cual queremos dedicar estas palabras con nuestro mayor agradecimiento a todas las personas y cuerpos de seguridad que tanta ayuda y consuelo nos ofrecieron. Al Hospital de Sant Pau y la Santa Creu, al módulo E de la primera planta. Y en especial a Lourdes y al doctor Ernest por su apoyo.

Dar gracias a Dios por contar con un 112 de emergencias donde a los 10 minutos disponíamos de bomberos, guardia urbana para ayudarnos y guiarnos. Gracias al grupo de homicidios, mossos de esquadra, policía judicial por su humanidad y guía. Gracias a cuatro maravillosas mujeres de servicios sociales, que nos supieron guiar por el intrínseco camino de la burocracia.

Gracias al hotel Sagrada Familia que tan amablemente nos ofreció un lugar en el que hacer un descanso refugiándonos en un salón privado. Gracias al personal del tanatorio de Gran Via y a los agentes de Santa Lucía por su consideración ante esta inusual tragedia.

Fuimos tratados con humanidad y amabilidad, por todos y cada uno de estas personas. Cualidades que creíamos desaparecidas en este loco mundo. Y no queremos despedirnos, sin dar también un tirón de orejas  a algunos periodistas y televisiones, por no contrastar en los lugares debidos sus noticias.

Gracias, gracias y gracias.