La sociedad, el Lazarillo de Tormes (y Belén Esteban)

Los políticos, el sistema y el Lazarillo de Tormes. Nos han vendido un estilo de vida que nosotros, como grandes consumidores de 'realities', monárquicos hasta de la Esteban, fans del Chiquilicuatre y adoradores de Torrente, hemos comprado sin dudar y sin hacer ejercicio de nuestras facultades críticas. Porque, ¿qué es eso de facultades críticas?

Estamos adiestrados para creer que somos dueños de nuestra vida y con sumo gusto pasamos el día entero trabajando y ganando poco porque nos han enseñado que en nuestra esclavitud es como nos sentimos realizados como personas. Y si ponemos malas caras nos traen un 'coaching' para que nos motive y nos diga que ¡nosotros podemos! ¡Sí señor! No hay nada más manejable que un tonto motivado.

Pero tranquilos, no es grave. Seguimos siendo libres. Aunque no tengamos libertad de pensamiento, la tenemos de expresión (un poco, al menos) y esto nos permite seguir siendo tremendamente creativos en las bufonadas. No seamos ingratos ignorando que vivimos en un país tan orgulloso de su picaresca que ha hecho de ella un género literario. El 'best seller' del capitalismo. ¡Ahí es nada!