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La Seguridad Social cierra otra oficina de atención al ciudadano

Entrada de la oficina de la Seguridad Social, en la calle de Rocafort. 

Entrada de la oficina de la Seguridad Social, en la calle de Rocafort.  / RICARD CUGAT

El 21 de abril echó el cierre la oficina o administración que la Tesorería General Seguridad Social tenía en el Passatge de Mercader, en el Eixample Esquerra. Una vez más, sin que nadie haya movido un dedo para evitarlo, se causa un grave perjuicio a la ciudadanía como usuaria de los servicios públicos que pudiera ofrecer dicho organismo.

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Parece que ya nadie es consciente de la importancia de tener unos servicios públicos de calidad y cercanos. A partir de esta semana todo ciudadano residente en el Eixample Esquerra que se vea en la necesidad de tener que acudir a una oficina de la Tesorería, sea para modificar algún dato, para un certificado, una alta de autónomos, conocer su número de afiliación y un largo etcétera de gestiones se verá en la obligación de desplazarse hasta la nada cercana oficina que dicho organismo tiene en la zona de Drassanes.

En pocos años hemos visto como la TGSS pasaba de tener diez oficinas en Barcelona a reducirlas a justo la mitad (han desaparecido las oficinas ubicadas en los barrios de: Montjuic-Zona Franca, Sant Martí-Poble Nou, Sant Andreu-Sagrera, Sarrià-Sant Gervasi y ahora Eixample Esquerra), todo bajo la justificación de que buena parte de los servicios que prestaba ya se pueden realizar por vía telemática y la falta de recursos humanos para poder atender en condiciones a la ciudadanía.

Concienciémonos que con la desaparición de cualquier oficina de un organismo público estaremos perdiendo calidad en el servicio (ya que entre otras cosas las pocas oficinas que quedan han de absorber mayor cantidad de usuarios), se pierde la proximidad, puede suponer la amortización de puestos de trabajo, el uso de sistemas de gestión y acceso a la información de manera telemática se convierten una obligación y no en un derecho, y suponen el desmantelamiento de las administraciones públicas y la excusa perfecta para privatizar parte de unos servicios públicos cada vez más degradados y de peor calidad.

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