Secuestrados por Air China

El pasado 30 de noviembre me disponía a volar con Air China de Barcelona a Viena. El precio del billete, no especialmente barato, me permitía llegar a Viena antes de las dos del mediodía (el primer vuelo del día). Pues bien, la  facturación no empezaba, y yo ya me esperaba un retraso pequeño como es habitual en este vuelo. Pero esta vez, el personal de facturación nos dijo que estaban a la espera de recibir  el 'ok' para facturar o cancelar el vuelo, ya que el avión había tenido problemas técnicos al aterrizar en Viena (debido al viento hicieron un aterrizaje muy fuerte y debían revisar el avión). Así que ahí estábamos los pasajeros esperando y también algo preocupados por si teníamos que volar con ese avión (que estaba en Viena siendo revisado, según el personal de facturación).

Empezó la  facturación y yo pedí que me aseguraran que no iban a ser más de dos horas de retraso ya que, de lo contrario, me compraba otro billete con otra de las tres aerolíneas que tenían vuelos poco después. El responsable me prometió que en ningún caso el retraso superaría las dos horas. Total, facturé la maleta. Pasamos el control de pasaporte y ahí empezó la pesadilla. No aparece nadie de Air China ni de la empresa y el vuelo se retrasa dos horas más, cuatro en total. Pregunto al chico de Aena si puede llamar a alguien de la compañía para que aparezca y nos informe de lo que está pasando. El chico se negó a hacer ese favor. Estábamos realmente secuestrados, ya que en la zona de embarques no se puede volver atrás, ni salir. Se pueden imaginar, pasaron seis horas y finalmente los responsables de Air China se presentaron, pero no por los pasajeros, sino porque el avión llegaba y la tripulación estaba esperando.

Nos trajeron las hojas informativas de Aena que solamente estaban en catalán. Se pueden imaginar la cara de los pasajeros extranjeros y la mía. ¿Barcelona aeropuerto ‘internacional’? Ahí dice bien claro que nos pertenece una  indemnización. Pues bien, Air China me responde que debido al mal tiempo en Viena no se hacen responsables del retraso.

Es muy fácil comprobar que tuvieron un fallo técnico (serio) como también es fácil saber que ninguna aerolínea tuvo retrasos que en ningún caso pasaron de los 30 minutos. Aquí sigo luchando para que se aplique el reglamento Europeo de Derechos de los Pasajeros.