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Salir del laberinto en Catalunya

Merkel y Schulz, durante la rueda de prensa conjunta, este viernes.

Merkel y Schulz, durante la rueda de prensa conjunta, este viernes. / AFP / JOHN MACDOUGALL

Un laberinto es un lugar formado por calles, cruces y giros que confunden al que se adentra en él. Salir del mismo, en ocasiones, no es fácil. Los acontecimientos vividos en Catalunya desde las pasadas elecciones autonómicas del 2015, han supuesto que los partidos gobernantes en España y en Catalunya se hayan ido metiendo en distintos laberintos, unos dentro de otros, lo que hace que ahora no sepan o no quieran salir de los mismos. En el mundo de la sociedad civil está generalmente aceptado que los que ocasionan un problema raramente participan en la solución del mismo. Algunos políticos han creado unos laberintos de lo que no saben salir.

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En el mundo de la política, parece que estas simples normas no se tienen en cuenta, y da la impresión de que los políticos actuales, españoles y catalanes, han olvidado el motivo real de su existencia: administrar el día a día de las necesidades de la sociedad en la que han sido elegidos e inventar un futuro mejor, si es que son capaces de hacerlo. Además, algunos partidos no solo no tienen interés en salir de su laberinto, sino que lo complican cada día más con propuestas insensatas e inviables.

Según parece, Alemania, después de unas elecciones poco claras a la hora de decidir quién gobernaba, ha decidido establecer un gobierno de coalición entre conservadores (CDU/CSU) y socialdemócratas (SPD). Angela Merkel y Martin Schulz. Bien por ellos. En nuestro caso sería deseable un acuerdo parecido, dado que entre los partidos catalanes Cs, JxCat, ERC, PSC y CatComú-Podem, CUP, PP es posible más de un gobierno de coalición sin maniobras raras. Solo hay que pensar en lo que hay en el exterior del laberinto; es decir, pensar en Catalunya y sus ciudadanos y dejar la soberbia, la vanidad y la obcecación partidistas en la papelera de reciclaje. 

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