Robotización del empleo: ¿De qué viviremos las personas?

Primera ley de la robótica según Isaac Asimov: Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.

Las empresas que sustituyeron, sustituyen o tengan previsto sustituir personal por cualquier tipo de maquinaria (industrial, metalúrgica, agrícola, informática, etcétera) deberían seguir cotizando a la Seguridad Social por el personal sustituido hasta la caducidad de dicha maquinaria (o su sustituta con el mismo desempeño), hasta el cierre de la empresa (si se produce antes), hasta que el despedido consiga otro trabajo por el cual cotice o hasta su jubilación.

Se debe cotizar por puesto de trabajo sustituido, no a título personal del trabajador. Las maquinas de todo tipo han sustituido a las personas, desempeñando sus trabajos, lo que ha mejorado nuestra sociedad. Pero si el 90% de los trabajos fuesen desarrollados por máquinas, ¿de qué viviríamos las personas? ¿De dónde obtendríamos ingresos para nuestra vida diaria, comer, desplazarnos, colegios, ropa, calefacción…? ¿Cuánta mano de obra necesitarían las fábricas de coches para mantener su actual producción de vehículos, sino tuviesen robots y maquinas?