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"No me he recuperado de una intervención en la mano pero el ICAM me obliga a volver a trabajar"
Olga Méndez
Soy auxiliar de enfermería. Mi desesperación e impotencia me lleva a escribir estas letras, porque escribir es lo único que puedo hacer frente a la injusticia. Soy una afectada por una negligencia médica de nuestra salud pública. Una negligencia que me ha llevado en tres ocasiones a pasar por quirófano, por una simple intervención quirúrgica en mi mano, acabando en las tres ocasiones con resultado negativo. He tenido que asumir y admitir durante tres años esta situación.
Entretodos
Actualmente estoy en lista de espera para un tratamiento en la clínica del dolor del Hospital Vall d'Hebron, así como para otra operación que de fin a mi calvario. Hasta aquí, todo es admisible. Lo que me parece inadmisible es que estando de baja laboral y sin tener el alta del cirujano que me operó, el Institut Catalá d'Avaluacions Médiques (ICAM), que se dedica a evaluar las patologías de los pacientes, me cite, y de forma inmediata, el médico que me atiende prescriba mi alta médica sin ni siquiera leer los informes que aporto y los protocolos a seguir prescritos por el mismo organismo.
Dicho médico, sin mirarme a la cara, me indicó que al siguiente, día hábil, debía incorporarme a mi puesto de trabajo. Ante esta respuesta, dejé constancia de que trabajo en una residencia geriátrica tratando con personas de edad avanzada que necesitan cuidados especiales, y no con objetos. Pero el médico, ignorando estas explicaciones, me dijo que la era irrevocable.
Así pues, al día siguiente me presenté en la residencia geriátrica y empecé a trabajar de nuevo con mi mano vendada. Cada día realizo mi jornada laboral dando cuidado y cariño a los ancianos/as con todo mi esmero, intentando que mi problema no afecte para nada a esas personas tan vulnerables a cualquier percance, por pequeño que sea. Sin embargo, soy plenamente consciente de que no puedo realizar mi trabajo en condiciones, porque no estoy curada del todo, con el agravante de que un mal movimiento puede suponer la caída de alguno de los ancianos de los que me ocupo, y que la responsabilidad caería sobre mi persona.
Y todo esto se lo debo al ICAM, que no se hace responsable de mi situación.
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