Realquilan mi piso y la ley no me protege

Fui una niña entre la guerra y la posguerra. Me robaron la infancia y ahora me roban la vejez. Cuando terminé los estudios, con 23 años, empecé a trabajar, siempre en la misma empresa. Ya en los últimos años se empezó a hablar de seguros privados, porque las pensiones estaban en el aire. Ahorré privándome de muchas cosas, y con la ayuda de hipotecas invertí en el sector inmobiliario y conseguí, con el alquiler, ayudarme en estos tiempos.

El problema es que los inquilinos dejan de pagar y no se les puede echar, pues algunos tienen hijos menores y otros no tienen a dónde ir. Pero mi caso es que el inquilino está realquilando mi piso (se anuncia en internet, tengo pruebas) por noches, días o lo que salga; por supuesto, sin mi consentimiento. Además, el contrato terminó en abril.

He recorrido todas las oficinas del Ayuntamiento sin obtener solución, porque no lo consideran piso turístico. Si me he decidido a enviar esta carta es porque no hay una ley que proteja al pequeño propietario frente a algunas personas que se aprovechan y no dejan el piso ni aun después de terminar el contrato. Mientras ellos se lucran con mi propiedad, yo tengo que hacer frente a los gastos y arreglos que surjan en la comunidad.

Por eso quiero hacer mi caso público, para que los que se encuentren en una situación semejante lo denuncien a la Síndica de greuges y así conseguir una solución, ya que tendremos más fuerza si somos más.