Nunca entenderé por qué pocas personas protestan cuanto hay atropellos a los derechos laborales de los trabajadores, cuando hay recortes injustificados en sanidad, educación y servicios sociales, cuando hay vulneraciones de los derechos humanos, etc. Y tampoco entenderé nunca por qué muchas personas (o pocas que parecen muchas) protestan para defender a responsables de esos recortes o de haber dividido a los ciudadanos catalanes en dos bandos que no sabemos si serán irreconciliables o no.
Igualmente, ¿por qué algunos (o muchos) quieren más fronteras en lugar de menos? Se dice que, cuando Fernando VII volvía al trono, muchos (o pocos) gritaban: "¡Vivan las caenas!". El ser humano es incomprensible incluso para el ser humano.