Preservemos la identidad y calidad del taxi de Barcelona

Desde hace años ejerzo como taxista en el AMB. El pasado 5 de septiembre publicaron la reacción de la Autoridad Catalana de la Competencia ante las nuevas medidas de control hacia las VTCs (alquiler de vehículos con conductor). Parece ser que a este organismo no le ha gustado mucho lo sucedido.

El año pasado, tuve que pasar tres inspecciones metropolitanas, dos ITVs, una desinfección del taxi por ozono, una prueba de control metrológico del taxímetro y, en cada una de esas ocasiones, presentar ante el organismo competente la siguiente documentación: seguro del vehículo, certificado de la Seguridad Social de estar al corriente de pago, permiso de circulación, carnet de conducir, licencia, impuesto de circulación, libro de inspecciones, tarjeta de control metrológico del taxímetro, certificado de haber pasado la desinfección por ozono y la ficha técnica del vehículo.

Como pueden comprobar, el control que se ejerce sobre los taxistas del AMB es importante, cosa que no me importa ya que lo prima es garantizar la calidad del servicio. Además pagamos casi 1.000 euros por un seguro a terceros. Nuestros pasajeros están totalmente cubiertos. Por otro lado, las tarifas están intervenidas por la Administración y los precios no varían dependiendo de la demanda.

Hasta ahora se han dicho muchas barbaridades, como que tenemos un monopolio cuando, en realidad, las licencias están en manos de unas 11.000 familias.

El turismo masivo ha importado las costumbres de otros países en los que no existe un taxi de calidad y económico como el de Barcelona. Por favor, preservemos nuestra identidad, atendamos correctamente a los visitantes, pero antepongamos el bienestar de los que habitan esta ciudad a los intereses de compañías privadas.