Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

Pido ayuda para mi hijo Nacho

Soy la madre de un chico de 19 años que tiene diagnosticado un grave  trastorno mental y sufre mucho. Ha sido ingresado ocho veces en  hospitales psiquiátricos sin mejoría. El tratamiento que le suministran  en estos centros es paliativo y lo único que le proporcionan es  sedación. Mi hijo no tiene afectada su capacidad cognitiva. Es un  chico inteligente y es plenamente consciente de lo que le pasa,  narrando detalladamente su sufrimiento. Continuamente me suplica que  no lo vuelva a ingresar y que no le suministre neurolépticos.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

Me habla de dos mundos, el de los fármacos y el real, en el que no los hay. Él quiere vivir  en este último, pero como lleva años medicado sufre mucho cuando los  deja (síndrome de discontinuación). La mayoría de los psiquiatras no  reconocen este síndrome. Dicen que lo que ocurre cuando los deja es  que la enfermedad sale a flote. Yo, como madre de Nacho, le doy la  razón a Nacho, a pesar de que ya está catalogado como enfermo mental.

He pedido ayuda a muchas instituciones para un tratamiento  alternativo, que lo hay (Casa Real, ONG, Fundaciones, Ayuntamiento de  Barcelona, etc) sin éxito. Antes de la llegada de la Ada Colau a la  Alcaldía de la ciudad, me puse en contacto con ella para solicitar  ayuda. Tras las elecciones continué insistiendo y la Comisionada del  área de Salud del Ayuntamiento (Gemma Tarafa) me prometió ayuda  personalmente. Unicamente me pidió tiempo. Han pasado cinco meses y  sigo esperando. Llamo un día si y otro también, pero nada. Mi pregunta  es: ¿qué tengo que hacer para que ayuden a mi hijo?

He leido mucho y he contactado con profesionales que tienen otra  visión distinta para el tratamiento de las enfermedades mentales, que  es más humano y racional. Hay que dar una oportunidad a estas personas  para que sean ciudadanos activos y no marginados, ni excluidos  sociales. En Barcelona hay, por suerte, profesionales que saben mucho  de esta otra alternativa a la psiquiatría. Mi hijo Nachio quiere hablar pero nadie le escucha.

Participaciones de loslectores

Másdebates