Paralelismo maquiavélico en nuestra clase política

Desde la publicación de su obra en 1513, 'El Príncipe', el demonio sobrevoló incesante por encima de su figura, fue repudiado y abandonado en el más inhóspito rincón del infierno. No obstante, fueron muchos los motivos por los cuales Nicolás Maquiavelo creó animadversión a lo largo de la historia, pero su vía crucis fue nada más y nada menos que sobreponerse al anquilosado pensamiento de su época. De este modo, frente al panorama que nos encontramos en la sociedad española quien mejor que un acérrimo transgresor como Nicolás Maquiavelo para desentramar los mas recónditos entresijos de la actual política.

Un concepto con el que actualmente coquetean y del que hacen gala partidos como PP, Ciudadanos, PSOE o PDC es el de 'liberalismo'. Tan solo sería necesaria una rápida mirada al índice de la ya mencionada obra del autor florentino para advertir que dedica un capítulo completo al liberalismo. Por ello en estas líneas quisiera recomendar al espectro político actual, por un lado a Ciudadanos, que si de verdad desean hacer nueva política no traten de perpetuar gobiernos de mediocres poco preparados para las altas exigencias y vicisitudes que van a encontrarse; por otro, a PP, PSOE y PDC (aunque llego tarde) que lean, lean también a Maquiavelo y en especial el apartado al que hago referencia, de este modo podrán analizar de forma exhaustiva el texto premonitorio del fracaso de sus políticas a la vez que de su agrio futuro.

¿Por qué digo esto?, preguntarán los más intrépidos; y mi respuesta es: dejemos de una vez hablar al ya ansioso y listo para la reyerta Nicolás Maquiavelo. Sin ningún tipo de pudor Maquiavelo escribió: "quien desea que lo consideren liberal y no mísero debe ostentar suntuosidad y gastar sus haberes en obras costosas". Y así es, nosotros, de sangre caliente, ¿cómo no íbamos a dejarnos seducir por apuestos hombres de traje y corbata? Que además nos adulan y prometen lisonjearnos con la vertebración de la península con trenes de alta velocidad, aeropuertos e instalaciones de última generación, etc.

Pero, ¿qué hubiera pasado si te hubiéramos preguntado antes querido amigo Nicolás? Si hubiéramos sido capaces de no apartarlo de nuestros brazos, podríamos haber escuchado sus audaces lecciones y es que "con esta forma de liberalidad" solo se ha conseguido "empobrecer  a los más y enriquecer a los menos". Aun así, todavía no ha partido el tren para que la demonizada clase obrera (haciendo referencia a la obra de Owen Jones) consiga llevar a los titiriteros de este teatro embarullado a "vivir entre disgustos y sentir bacilar su poder", ya que no hay marcha atrás para estas políticas. Al intentar "volverse atrás --el político--  será tachado de tacaño". De este modo, debemos luchar por un futuro en el que consiga cambiarse el paradigma político imperante, ya fracasado y llevado a cabo por mediocres.