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"Para los bancos somos números, no personas"

Billetes de 50 euros.

Billetes de 50 euros.

Era un crío cuando entré por primera vez en un banco. El señor de la ventanilla conocía a mi madre, a la cual yo acompañaba, y con su amabilidad y sus detalles conseguían que las personas se sintieran cómodas. En varias ocasiones al año regalaban a sus clientes libros, discos de vinilo, o un simple calendario de pared al finalizar el año.

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Ignoro si los beneficios que obtenían los bancos era, a nivel económico, igual que los de hoy; pero lo que está claro es que a nivel humano, hoy no ganan nada.

Ahora haces tú su trabajo. Te obligan a ir al cajero a hacer lo que antes, con amabilidad hacían ellos. No puedes pagar tributos o cuotas mensuales si no es dentro de un horario/calendario reducido que ellos marcan. Te clavan salvajes intereses de 'números rojos' por menos de un euro. Te cobran unas comisiones vergonzosas incluso por pagar algo en una cuenta de su propia entidad. Por supuesto que ni te miran a la cara porque les importas bien poco, ya que no eres una persona sino números, que cuanto más bajos menor es tu valía.

Los ancianos tienen que ir obligatoriamente al cajero para sano estés interesado, no paran de intentar venderte un seguro de vida, o unas inversiones súper-mega-rentables, mirando solo por tu beneficio (huy, no me acordaba de las preferentes). Incluso algo tan nimio como un mísero calendario a final de año, ha caído en el olvido.

Y después ves un cartel enorme en la pared que reza: 'Queremos atenderte como un banco 10'. Visto lo visto, al creativo publicitario lo debieron sacar de el equipo de guionistas del 'Club de la comedia'.

Solo quiero volver a sentirme una persona en lugar de un montón de números. Así que la próxima vez que vaya al banco, le diré al señor o señora de la taquilla, que me he olvidado las gafas, y que por favor me acompañe al cajero a hacer mi transacción. Os sugiero hacer lo mismo, a ver si volvemos a tener personas de verdad atendiéndonos al otro lado de la ventanilla.

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