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Papeles de Panamá: El delito no puede empañar el trabajo bien hecho

"Nadie quiere darse cuenta de que queremos nada menos que un cambio de civilización. Lo necesitamos imperiosamente y lo anuncia el quebranto de todos nuestros ideales en crisis, el escepticismo de la juventud, la pérdida de la fe, el desprecio por el pasado, la alarma en que vivimos, la inquietud que conmueve al mundo entero", Antonio de Obregón.

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El que, como tantos, Obregón pasara de la República de izquierdas al falangismo azul posterior, no quita para que estas palabras de 1931 encajen en el 2016. Y no solo en sus enunciados generales, perfectamente trasladables, sino en ese "desprecio por el pasado" en particular. Ese borrón y cuenta nueva, ese ajuste de cuentas cada vez más extendido está haciendo de este país un lugar espeso e inhabitable donde, como en otros tiempos, los nuevos inquisidores, con la ayuda de los 'conversos', van a la cacería de los culpables.

Esa generalización obsesiva, además de destapar a los realmente ladrones y sinvergüenzas, puede llevarse de camino, no digo a inocentes sino a simples despistados o pasotas que, como tantos, somos incapaces de leernos o entender la letra pequeña de tantos documentos. 

Es un ejemplo que tampoco deberíamos cargar con las personas cercanas que se encuentran en algún atasco tan de moda. Que es el caso de la actual esposa de Felipe González. Una señora que, de no ser quien es y vivir con quien fue, apenas resaltaría de esos miles de cazados en los famosos papeles. Así, por esa conducta menor de quien ni siquiera conocía a Felipe, la noticia se lleva por delante a un personaje que, más allá de posteriores críticas merecidas, fue alguien que, desde un despacho laboralista en plena dictadura, fue escalando su ascenso al poder democrático, gobernando tres lustros y transformando el país.

Todo lo demás cuenta, claro. Pero no debería arrasar toda una vida, ni de Felipe González ni de nadie, si la balanza acaba por inclinarse del lado positivo. Porque si no, corremos el riesgo de exigir una nueva "pureza de sangre" de intachable tan extendida en otros tiempos.

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