Orgullo de ser mujer

Vivimos en una sociedad en la que todos los ciudadanos de un mismo país somos iguales ante la ley, en la que todos tenemos unos derechos humanos fundamentales que se respetarán por encima de todo. Se supone, que después de una larga lucha por la igualdad de género, vivimos en una sociedad en la que los hombres y las mujeres no sufren desigualdades. 

En 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas hizo una declaración sobe la Eliminación de la violencia contra las mujeres y se comprometieron a luchar por ello. Hoy, más de 20 años después, 1 de cada 3 mujeres sigue sufriendo violencia física o sexual por parte de alguien del sexo opuesto.

En pleno siglo XXI,  según un estudio de la Plataforma de acción de Beijing, las mujeres cobran entre un 10% y un 20% menos que los hombres por hacer el mismo trabajo en promedio de 83 país del mundo. Hoy en día, por cada dólar que gana un hombre en Estados Unidos, la mujer cobra 77 centavos por hacer el mismo trabajo.

Me avergüenza pensar que vivimos en una sociedad que, entre otros, tu nómina depende no de tus capacidades ni de tus conocimientos sino de tu sexo. En el que, por ser mujer has de ir intranquilo por la calle por la noche temiendo a cosas que deberían de ser impensables. Me avergüenza pensar que en una democracia, en la que todos somos iguales ante la ley, tu vida se ve condicionada por algo ni más ni menos, que si eres hombre o mujer. Por este motivo, impulso a las nuevas generaciones a que hagamos un cambio, en el que hagamos ver al mundo que algo tan bonito como ser mujer no debería ser un insulto sino algo a envidiar.