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Ocho horas en urgencias del Hospital Vall d'Hebron

Una ambulància, a las puertas del Hospital Vall d’Hebron.

Una ambulància, a las puertas del Hospital Vall d’Hebron. / ELISENDA PONS

"El hospital esta colapsado, diciembre es una fecha muy mala para acudir a urgencias". Estas fueron las primeras palabras que nos soltó la doctora del box número 2 cuando llegamos al Hospital del Vall d'Hebron el pasado 30 de diciembre. A lo que le contesté: "Puede estar segura de que no estamos aquí por gusto".

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A mi marido le hicieron un trasplante renal hace año y medio y tiene un problema actualmente en ese mismo riñón. Esa noche tenía fiebre y, según las indicaciones de su nefrólogo, en caso de fiebre había que acudir a urgencias para comprobar rápidamente cualquier empeoramiento peligroso.

Eran las 11.30 horas de la noche. Lo pasaron a una camilla en un pasillo donde se alineaban unos 20 enfermos más. La nefróloga de guardia tenía que pautar varias pruebas. Perfecto, sabríamos rápidamente lo que le pasaba. Pero no fue así, fueron pasaron las horas sin que nadie se acercara a mi marido ni siquiera para ver cómo se encontraba. A las 3 de la madrugada empece a ponerme nerviosa, nadie sabía nada. Pedí hablar con un responsable. Vino la supervisora de enfermería para decirme que estaban desbordados; vino un médico para decirme que habíamos hecho bien en acudir a urgencias, que no me preocupara, que si por la espera mi marido empeoraba, acudirían rápidamente. De no haber sido tan grave, me hubiera reído.

Ante mi insistencia, al final vino la nefróloga. Estaban desbordados. Le hizo cuatro preguntas a mi marido y se fue prometiendo adelantar la pruebas. Nos pasaron a un box. A las 6 de la mañana, por fin, empezaron las pruebas. A las 8.00 horas vino la nefróloga con los resultados. Habían pasado más de ocho horas. Se suponía que un enfermo trasplantado y con fiebre era una urgencia.

Tenía gripe A y durante ocho horas había estado en contacto con un montón de enfermos a los que pudo contagiar. ¿Cómo no va a haber epidemia? Me he sentido impotente.

Quiero aclarar una cosa: el trabajo del personal de enfermería en el hospital es digno de elogio. Muy profesionales, con mucha paciencia y muy amables.

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