Niños, fomentemos el espíritu crítico, no la victimización

Estos días se han oído reproches relacionados con la infancia. La utilización de menores es moralmente ofensiva y emocionalmente repulsiva, por lo cual tiene un efecto de desprecio inmediato en el que la percibe en la alteridad. Supongo que, por esta razón, y de manera inconsciente, los pequeños están siendo los protagonistas involuntarios de acusaciones entorno su educación y su presencia en escenas calificadas de sedicionistas.

Presupongo que el propio afán de protección los ha situado en el centro de las miradas y que el deseo de preservarlos es la única motivación de la polémica. Pero a pesar de ello, no creo que el rol de víctimas que les otorgamos les evite del conflicto, sino que, precisamente, les hace más partícipes de él. Se están poniendo las escuelas en el ojo del huracán. Se habla de "adoctrinamiento", generando recelos y desconfianzas dentro de las comunidades educativas y incentivando la estigmatización de familias y docentes.

Los niños y niñas en Catalunya están viviendo algo desconcertante. Preguntan y indagan, dentro y fuera de los centros escolares. Pertenece a todos explicarles. Sin entrar en niñeces de "buenos y malos" y entendiendo que sus inquietudes responden a la necesidad de comprender (no a inculcaciones ajenas).  No les hagamos víctimas sino individuos dialogantes y críticos ante la diversidad de opinión. Confiemos en las capacidades de nuestros hijos, por favor, y no les releguemos al triste papel de ingenuos "adoctrinados", no vaya a ser que al final asuman.