Nada cambiará para los jóvenes el 26-J

Ayer me pusieron un pastel con 20 velas y me hicieron pedir un deseo. ¡Madre mía! ¿Solo uno? Pero lo tengo tan claro…

Este domingo hay elecciones, así que lo relacioné todo: poder seguir aquí. Sí, sí, aquí, en mi tierra, con mis raíces, seguir estudiando lo que realmente quiero y sin tener que sufrir el subempleo.

Todos los políticos dicen que nos entienden, que quieren crear un mejor futuro para los jóvenes, pero ¿yo me lo tengo que creer? ¡Si llevo 20 años oyendo lo mismo! Y a medida que he ido creciendo he visto cómo mis amigos tenían que dejar de estudiar por las altas tasas; jóvenes que no han podido empezar la universidad para que en su casa siga entrando pan, tenían que irse lejos de aquí a buscarse la vida (consiguiendo en tan solo un mes lo que aquí han estado buscando siempre: contrato laboral en algo que han estudiado) y bueno, los que han decidido quedarse aquí se van de casa a los 30 (que, a ver, vivir en con tus padres está bien, pero mucho mejor es poder desplegar alas, la verdad). He llegado a creer que el 'futuro' que nuestros dirigentes desean para 'sus' jóvenes es que se vayan lejos de aquí; por eso que dicen de que en el extranjero es donde más creces y aprendes.

Querido político que esté leyendo esto (si es que a alguno le intereso, claro), déjeme decirle una cosa: usted un día cumplió 20 años y tuvo la oportunidad de estudiar una carrera, con sus pros, sus contras, sus dificultades y sus ventajas; y seguramente en verano podía trabajar para sacarse unas 'perrillas' y disfrutar con los amigos, ¿cierto? Mi pregunta es: ¿Quiénes somos los jóvenes de mi generación para no poder disfrutar de esto? ¿Algo hemos hecho mal? Perdonen que les diga que la generación perdida no somos todos, y que muchas veces ha sido provocada por la situación actual que estamos viviendo (no poder estudiar por no tener dinero y, por tanto, no poder formarse)

Este 26 de junio todos están pidiendo mi voto, comprobado queda con la de cartas que me están llegando a casa dirigidas hacia mí, y se lo voy a decir muy clarito: mis sueños no caben en sus urnas. Lo siento mucho, pero he llegado a los 20 años y creo muchísimo menos en ustedes que hace dos, cuando cumplí la mayoría de edad, entraba en la universidad y veía un utópico mundo que me abría las puertas.

Como dijo un día Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

Atentamente, una estudiante que pronto tendrá que irse de aquí.