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Nada cambia sin cambiar la Constitución

El president Carles Puigdemont en el momento de firmar la declaración, tras el pleno.

El president Carles Puigdemont en el momento de firmar la declaración, tras el pleno. / JULIO CARBÓ

Tal como pensaba así ha ocurrido. Aunque se ha hablado mucho de la cuestión voy a poner mi granito de arena.

El asunto del referéndum yo lo comparo con la construcción de un edificio. Un edificio se empieza por los cimientos, en este caso la Constitución, y si empezamos por el techo, o sea, con una votación de autodeterminación, no se sostendrá por ninguna parte.

También era fácil saber que no recibiríamos casi ningún apoyo internacional ya que podríamos crear un precedente en Europa, muy peligroso para según que países. La solución de Europa ha sido no mojarse y dejarlo como un asunto interno del país. La verdad, la Unión Europea no se moja casi nunca.

Visto lo dicho anteriormente se veía venir el resultado, encima al Gobierno se le fue la mano el 1-O, no era necesaria tanta violencia ni represión, menos cuando casi no hubo oposición alguna de los ciudadanos.

Escuché el otro día lo que dijo el representante del PNV, y me llamó mucho la atención cuando recomendó al Sr. Rajoy que hiciera caso omiso de según que medio de comunicación, porque lo iban empujando hacia decisiones no muy acertadas por su parte.

Creo en el diálogo, pero lo primero es modificar la Constitución, suprimiendo algunos articulo, modificando otros y poniendo los que hagan falta. No será tarea fácil, nunca lo es hacer algo a gusto de todos. Llevará su tiempo ya que nada se hace en 4 días, pero lo que se haga que sea justo e igual para todos y así no se volverá a caer por segunda vez en la misma piedra.

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