El mandato de Colau, más sombras que luces

Ada Colau llegó a la alcaldía prometiendo significativas dosis de participación de los ciudadanos en las decisiones. Hay que reconocer en su haber sobre este aspecto la consolidación de las asambleas a nivel de barrio, si bien he de decir que en la única que asistí me dio la sensación de estar en una de esas reuniones de vecinos o del AMPA en las que desde el minuto cero hueles que el pescado está vendido.

Por contra, ha tomado muchas decisiones en nombre de los ciudadanos imagino que por demoscopia olfativa, ya que de consulta ha habido poca; y no vale lo de que se votaron en el Consistorio porque eso es representativo legalmente pero no novedosamente participativo.

Ejemplos de ello son, desde el pago de zona azul en agosto, hasta la ordenanza de terrazas, siendo las más recientes las de decidir que los exconsellers presos lo son por razones políticas (pese a lo que dice al respecto Amnistía Internacional) reclamar su libertad con pancartas en nombre de todos los barceloneses y barcelonesas o la de politizar la iluminación de Navidad en tonos amarillos.

En este tiempo el precio de la vivienda (compra y alquiler) sigue subiendo, hemos sufrido una huelga eternizada del transporte público, el turismo comienza a bajar de forma significativa... Y otras cuestiones de su competencia que no están siendo abordadas o se hacen ineficientemente.

Personalmente le agradecería que dedicara todo su tiempo y energía a sus competencias como alcaldesa y si tiene otras prioridades que ceda la vara y se presente candidata a ese puesto, se prepare a una oposición (por ejemplo a la judicatura ya que parece que sabe de Leyes y le interesan) o lo que proceda.