¿Mami, ya no será mi cole?

Este escrito iba a ser una carta de queja. Pero queja suena a lamento. Soy madre y médico, y en ambos ámbitos esto último no da cabida. Estoy acostumbrada a velar por el bienestar de los pacientes y a priorizar en urgencias según el caso, con criterio lo más equitativo posible.

Mi hijo Bruno, que el próximo año cursará P3, ha estado todo este año yendo a un parvulario de un colegio concertado de Les Corts. Ahora va encantado, está contento, pero pasó una adaptación dura y difícil, por ser de los más pequeños de la clase.

Pues bien, el caso es que mi hijo, junto con otros seis niños de parvulario, no podrán cursar infantil en el mismo colegio. En las baremaciones de puntos para las preinscripciones no se les aporta ninguna prioridad, para que no exista discriminación negativa con otros niños que no han cursado guardería.

Entonces, ¿por qué priorizamos otros colectivos como padres antiguos alumnos? ¿No hay que priorizar los intereses de los niños a los de los adultos?

Solo sé que los niños que este año cursen P3 en el colegio de Bruno tendrán que hacer adaptación. Mi hijo, y sus seis amigos, con esta contarán dos.

Me gustaría saber si esto vulnera de alguna manera la Declaración de los Derechos de la infancia (ahora ley 14/2010 27 mayo aprobada en el parlamento de Catalunya), porque Bruno no puede interpretarlo, pero la opinión pública sí.

“La Declaración de los derechos de la Infancia es un texto que intenta que los niños y niñas estén siempre acompañados de la gente que les quiere, que puedan aprender a compartir, y que haya personas que siempre piensen en ellos. Explica que la infancia tiene derechos que las personas mayores, las leyes y las instituciones hemos de garantizar que se cumplan”

Sin olvidar el agravante de que su hermano pequeño, el próximo curso 2017-2018 cursará P1 en el mismo parvulario con el grave perjuicio que ello puede causar para la conciliación familiar y laboral.

¿Es justo que Bruno no pueda continuar en su cole?