Y Luis Salom perdió su carrera más importante

El viernes por la mañana lucía un sol espectacular en el circuito de Montmeló. Allí se disputaban los entrenamientos libres de Moto2, correspondientes al Gran Premio de Catalunya del Campeonato del Mundo de Velocidad. Nada hacía presagiar la tragedia que acontecería en torno al mediodía. Sin embargo, el destino, ese juez que en ocasiones se muestra despiadado, quiso que la jornada resultara dramática. Luis Salom sufría un accidente en la curva 12 y se estrellaba contra las defensas y contra su propia motocicleta. Luis, el joven de la eterna sonrisa, perdía la carrera más importante de su vida con tan solo 24 años.

La noticia de su fallecimiento conmocionó de inmediato a todo el 'paddock'. Nadie daba crédito a lo sucedido. Un escalofrío colectivo sacudió a sus compañeros de profesión. El mundo del deporte español quedó consternado y expresó sus condolencias por lo acontecido. Las muestras de dolor sobrepasaron las fronteras del deporte. Los mensajes de desolación y apoyo a sus familiares y amigos inundaron las redes sociales. Porque el bravo piloto mallorquín era una persona muy querida y respetada dentro y fuera de la pista. Poseía un carácter afable, simpático y, sobre todo, muy humano. Siempre apoyó e impulsó actos benéficos de diversa índole. Como piloto era muy rápido y combativo, pero, sobre todo, noble y respetuoso con los rivales.

Algunos de ellos, como Maverick Viñales, han destacado el 'fair play' y la calidad en el pilotaje de Salom. Dotado de un talento natural, se subió por primera vez a una moto con cinco años y comenzó a competir con ocho. Llegó a proclamarse en el 2012 Subcampeón del Mundo de Moto3, categoría en la que logró el récord de victorias: nueve. La carrera profesional de Luis estaba en pleno ascenso y eran muchos los triunfos que, a buen seguro, le esperaban. Sin embargo, desde el viernes el ‘Mexicano’ ocupa el primer puesto en todos los corazones de los aficionados al motociclismo.

Hasta siempre, campeón. Nunca te olvidaremos.