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Los estibadores, un ejemplo de lucha laboral

Maica Cerezo, estibadora del Port de Barcelona

Maica Cerezo, estibadora del Port de Barcelona / CARLOS MONTANYES

Tal vez porque soy hijo y sobrino de estibadores; tal vez porque he sido testigo de la lucha por dignificar un colectivo que ha soportado unas condiciones laborales durísimas, víctimas, por ejemplo, de la criminal exposición al amianto; tal vez porque supieron crear un sindicato propio -La Coordinadora-, que llevó la lucha por sus derechos a un nivel de exigencia y compromiso que ningún sindicato se acerca ni de lejos; tal vez porque he visto como en anteriores intentos de privatización, la patronal utilizó sin rubor esquiroles en las huelgas que la enfrentaban, que esa misma patronal llenó el puerto de pistoleros de extrema derecha para amedrentar a los estibadores en lucha; tal vez porque como hijo vi a mi padre sancionado y despedido junto a muchos otros compañeros, por participar en esas huelgas; tal vez porque solo una solidaridad inmensa de los estibadores y sus familias consiguieron que esas otras familias represaliadas pudiéramos sobrevivir; tal vez porque aún en esas circunstancias extremas la lucha de los estibadores se hizo más fuerte; tal vez porque gracias a  todo ello los estibadores hayan conseguido unas condiciones laborales y económicas dignas, tienen todo mi apoyo en su nueva lucha ante los enemigos de siempre.

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Lo que es evidente, es que esos enemigos no lo son  tan solo de los estibadores. Lo son de una idea y de un concepto de clase y lucha obrera. A nadie pueden ya engañar. Sus intereses son los de los verdaderos y únicos privilegiados de esta organización social capitalista. Los que jamás se subirán a una bodega a mover piezas, ni conducirán una grúa,  ni respiraran un ambiente tóxico y contaminado. No lo hicieron sus padres, no lo hacen ellos, no lo harán sus hijos.

Cuando los medios repiten y repiten la idea fuerza de los privilegios de los estibadores tan solo producen vergüenza. Esos medios, propiedad de los que verdaderamente poseen todos los privilegios del orden social capitalista, responden creando una realidad que no se corresponde con lo que vivimos y sentimos. Por ellos, por esa realidad que los medios distorsionan, la batalla por la defensa de la vida digna que como trabajadores todos merecemos, los estibadores son de los nuestros.

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