Las terceras elecciones, una posibilidad muy real

Parece cada vez más real la posibilidad de llegar a unas terceras elecciones. Después de estas nos podemos preguntar si no habrá unas cuartas.

Nuestro sistema electoral no funciona, no es capaz de darnos un gobierno estable. Puede pensarse que eso es debido a la atomización de los partidos políticos en el parlamento, pero no es cierto. En el parlamento actual existe un bloque de derechas o centroderecha y otro de izquierdas o centroizquierda, de la misma forma que antes había dos partidos hegemónicos. El problema está en ese grupo de pequeños partidos que siempre han sido la lleve para la formación de gobierno; los partidos nacionalistas.

Los catalanes han tomado la iniciativa independentista, rompiendo con ello las posibilidades de diálogo con la derecha y parte de la izquierda. En base a la idea de que “el nacionalismo es egoísta e insolidario”, ha surgido un voto, que se da también en parte de la izquierda, sumamente antinacionalista.

A Podemos, la defensa de un referéndum independentista en Cataluña y el País Vasco, le da un importante número de escaños.

El PSOE, así mismo, tiene un número importante de votos que están en contra de dicha consulta. Un acuerdo entre ambos partidos pasa por la renuncia a la misma; pero ello supondría la destrucción de Podemos (este partido existe como confluencia de varios partidos muchos de ellos defensores de dicha consulta).

El Partido Popular podría negociar alguna forma de voto a su favor por parte de los partidos nacionalistas; pero entonces, Ciudadanos le quitaría sus apoyos.

Los partidos nacionalistas se han aprovechado del hecho de haber sido llave y candado para la formación de un gobierno. Ahora, su alianza  provoca la pérdida de apoyos importantes para la formación del mismo; ya no son válidos.

No sé si al final tendremos un gobierno en este país, pero no es absurdo pensar que este hecho se seguirá dando en futuras elecciones. La Constitución comienza a pedir a gritos una reforma.