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Las primarias del PSOE: el tercero en discordia

Patxi López, ayer, hace declaraciones tras formalizar la candidatura.

Patxi López, ayer, hace declaraciones tras formalizar la candidatura. / EFE / CHEMA MOYA / ZIPI

Jesús Pichel

Vistos los avales presentados y validados para  las primarias del PSOE, parece que la cosa se decidirá entre dos candidatos antagónicos: Susana Díaz, arropada en el voto andaluz y el apoyo explícito del ‘establishment’ del partido, y Sánchez, vencedor en más Comunidades, supuestamente apoyado en los militantes de base. Tan antagónicos son que, hoy por hoy, no es verosímil que el/la perdedor/a se integre ni sea integrado en el equipo vencedor, con el riesgo de provocar la escisión del partido que sobrevuela sus cabezas desde hace meses.

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El tercero en discordia, el exlendakari y expresidente del Congreso de los Diputados, Patxi López, acusado por ambos bandos de quitar votos a los dos cabecillas, se puede convertir en el tercero en concordia: el que sirva precisamente para ilustrar que sí hay unión e integración; que el/la ganador/a tiende la mano a los otros. De hecho, Sánchez ya ha pedido a López (sin éxito) que se integre en su lista para hacer frente a Díaz.

Malévolamente, se podría pensar que esa ha sido desde el minuto uno (y sigue siendo ahora) la estrategia y la intención de la candidatura de López: servir de bálsamo en el partido y de puente entre los antagónicos. Y, más malévolamente aún, se podría pensar que ese ha sido el cálculo que hicieron algunos de los que se han sumado a la candidatura de López, siendo antes fieles a Díaz unos y a Sánchez otros.

En cualquier caso, la solución a los problemas del PSOE (y de los partidos socialistas europeos) no la tiene ninguno de los tres, ni la tendrían los tres juntos si se unieran (como retóricamente pide Rodríguez Ibarra), porque ni son problemas superficiales ni son simplemente estratégicos, sino profundos y esencialmente ideológicos desde que coqueteó con las políticas neoliberales que todos sufrimos y que ellos ahora pagan. No parece que ninguno de los candidatos sea la cabeza que pueda dar con la clave que recupere el pulso socialista y dé cobertura política a excluidos, parados, precarios y asalariados.

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