Silencio, se conspira

Tras la difusión del documental titulado 'Las Cloacas de Interior', elaborado por la productora Mediapro y emitido el pasado 18 de julio por TV-3 (y por IB3 para Baleares) y posteriormente por la televisión vasca, que ha tenido una gran repercusión y que batió récords ese día en las redes sociales, ante todo me formulo una pregunta que pone en patética evidencia el país en el que nos ha tocado crecer y desarrollarnos socialmente:

¿Por qué un programa que denuncia actuaciones deleznables, impropias de un Estado democrático, tan elocuente, tan bien fundamentado, con pruebas contundentes y  con testimonios de toda índole a nivel político, periodístico y policial, cuyo pilar hegemónico ha sido el trabajo realizado un diario digital español, emitido desde Madrid, ha sido vetado por todos los grandes canales españoles?

A todos aquellos que se presumen progresistas o de izquierdas con notable poder mediático televisivo, que hacen oídos sordos e intentan subestimar este excelente reportaje, censurarlo y evitar que su información pueda llegar a todos los rincones de España, se les tendría que caer la cara de vergüenza.

Mientras veía el programa se me removían las entrañas recordando el sinfín de actuaciones conspirativas y maniobras ocultas protagonizadas por personajes de máximo nivel gubernamental y policial, tanto del presente como del pasado, constatando que sobre este tipo de corrupción donde se utiliza el aparato del estado para derribar adversarios políticos, inadmisible en cualquier otro país, no pasa absolutamente nada. 

Asimismo, es igualmente inaudito y vergonzante que todos aquellos ciudadanos de a pie, residentes en Catalunya, que conocían de la existencia de este reportaje, no solo hayan pasado olímpicamente del mismo, sino que han permanecido mudos e impasibles ante el descubrimiento de toda esta trama. Y, sin embargo, se escandalizan ante cualquier otro tipo de corrupción y ante hechos de mucho menos calado.