Juegos Olímpicos de Brasil: Tememos más al virus Zika que a las agresiones sexuales

Esta semana hemos podido leer que hay deportistas que están valorando si asistir o no a los Juegos Olímpicos de Brasil, cuya inauguración está prevista para el próximo mes de agosto, por miedo a las picadas del mosquito portador del virus Zika. 150 expertos de la OMS aconsejan la suspensión de este evento deportivo por miedo a que se produzca una pandemia. Por otro lado, los organizadores y mandatarios políticos se apresuran en dar un mensaje de tranquilidad, como si ellos pudieran controlar que un mosquito te pique o no. 

Mientras leía esta noticia no pude evitar pensar que sí, y tanto que habría que suspender los Juegos Olímpicos. No sé nada del Zika y poco más de mosquitos salvo de aquellos que habitualmente nos pican en verano. Pero si de mi dependiera, suspendería ipso facto la organización de estos juegos en un país en donde existen ciudades como Río de Janeiro, uno de los estados de Brasil en el que se cometen más agresiones sexuales y en el que se denunciaron 1.543 violaciones entre enero y abril de este año, una media de 12,7 casos al día, según datos del Instituto de Seguridad Pública Regional.

Después de leer o escuchar noticias como la de violación masiva a una chica de 16 años, realmente a uno le quedan pocas ganas de saber si se baten marcas de atletismo, natación o cualquier otro deporte, sobre todo si uno se para a pensar que en aquel mismo momento, con una probabilidad mucho más alta de la que te pique un mosquito, se está produciendo una violación.

En ese mismo momento lo más probable es que otros, ajenos a esta desgracia y vergüenza humana, estén aplaudiendo al laureado atleta. La picada del mosquito del Zika es grave, según podemos leer, pero me parece mucho peor la picada del mosquito de la hipocresía. Esta picada ha producido una gran pandemia que nos afecta a todos. Vamos a ver cómo acaba el asunto pero, por el momento, a mí todo me produce bastante asco.