Jóvenes: sin dinero y con precarios contratos laborales

Creo que todas las mentes jóvenes al leer estas palabras estarán de acuerdo en lo paradójico que es ser joven y disponer de tiempo pero no tener dinero. Cuando somos jóvenes no disponemos de una situación económica estable, y cuando intentamos conseguir una por nuestros propios medios trabajando nos vemos limitados por un sistema que confunde ser joven con ser irresponsable y poco profesional y por ello, por el mero hecho de ser joven, cobramos menos.

En una sociedad como la nuestra la experiencia lo es todo, y ocasionalmente se confunde experiencia con profesionalidad. Eso hace que las posibilidades de encontrar trabajo sean bajas, pues las empresas están demasiado arraigadas a un sistema antiguo y cerrado que prefiere a una persona con experiencia a una innovadora. Dichas empresas tienen una mentalidad demasiado conservadora en el sentido de que no ven a los jóvenes como el futuro y no se abren a una modernización. A su vez, el Ministerio de Educación tampoco presenta un plan que favorezca a los jóvenes, puesto que no existe un plan de estudios que permita compaginar estudios y trabajo. Además, las empresas se aprovechan del sistema de prácticas, pues el sistema rotativo es un beneficio para ellas porque los jóvenes entran sin contrato fijo y al cabo de 12 meses los echan.

El hecho de ser joven es un condicionante porque parece ser que llevan una especie de etiqueta invisible donde el sueldo aparece rebajado y reciben mucho menos por el trabajo que realizan. Todo eso dificulta que puedan llegar al punto de independizarse a causa de la precariedad de sus sueldos.

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