Injusticias y errores en el sistema de pensiones

Por una parte, el Estado, a medida que el ciudadano va cotizando durante toda su vida laboral, recibe un capital que luego distribuye al jubilado según unos baremos que preestablece y  legisla, cuya cuota final dependerá de la contribución individual aportada durante los últimos años trabajados hasta la jubilación. O sea, que el jubilado deberá asumir todo tipo de riesgos e incertidumbres antes de gozar de una compensación, desconociendo además la cantidad que percibirá.

La sociedad se debería cuestionar si el Estado debería pagar unos intereses a los ciudadanos por todo el capital que va ingresando a lo largo de los años. Resulta que se beneficia de un capital gratis durante un periodo de muchos años y que maneja y dispone antes de repercutirlo al jubilado.

¿Es justo que el Estado encima le cargue al jubilado el impuesto del IRPF cuando percibe su renta? Se comprendería y podría tener incluso una justificación si durante la vida laboral el ciudadano hubiese percibido unos intereses y que luego el Estado se quisiera resarcir con este impuesto.

Por otra parte, el cálculo final al jubilarse una persona debería realizarse de acuerdo con las cotizaciones efectuadas durante toda la vida laboral-profesional con independencia de cuando fueron aportadas y no basándose únicamente sobre los últimos años cotizados. A partir de cierta edad es bien sabido que es muy difícil encontrar un empleo y no es justo penalizar las personas rebajando su cuota en los últimos años cuando hay una precariedad laboral.

El tema de la jubilación debería ser estudiado muy profundamente y actualizado sobre todo de cara a las próximas generaciones, ya que el sistema actual es en ciertos puntos injusto.